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“Mi hija se recupera, todos los médicos que la atienden en La Banda hablan de un milagro en cuanto a que sobreviviera, aunque remarcan que los próximos dos meses serán determinantes para las curaciones, su tratamiento debe seguir riguroso”. Manuel Villalba lleva cincuenta días en Santiago del Estero junto a su hija eldoradense, integrante de Gendarmería, que fue atacada por su pareja, hoy detenido e imputado por “tentativa de homicidio calificado”.
Villalba tiene 45 años y su hija Daiana, de 24, fue dada de alta hace pocas horas tras estar en estado desesperante en el hospital de la localidad santiagueña de La Banda, por las lesiones sufridas tras ser rociada con alcohol y prendida fuego, presuntamente por su pareja, un formoseño de 26 años y también integrante de la fuerza de seguridad.
Nuevamente, en diálogo exclusivo con PRIMERA EDICIÓN, remarcó que en “ningún momento perdimos la fe en que mi hija iba a salir adelante. Pero también debo reconocer que sentí el impulso de hacer algo inapropiado, como un instinto animal por vengarme. Pero no sucederá nada de eso, confío en la Justicia y en los médicos que salvaron a mi hija”.
Daiana Villalba pudo declarar ante el juez Pablo Moya el 14 de octubre. Allí confirmó lo que se sospechaba: que fue víctima de una salvaje agresión. “Habíamos llegado a la casa peleando. Hubo un forcejeo, el me arrojó alcohol y después utilizó un encendedor para prenderme fuego”, fue tajante en su relato.
Para su padre, la prioridad hoy sigue en torno a su tratamiento recuperatorio. “Secuelas le pueden quedar en la piel y en la vista, nos adelantaron, pero seguimos las indicaciones de los médicos y en pocos días la va a revisar una junta de Gendarmería -el lunes 5 de noviembre- para determinar si ya puede retomar su trabajo, aunque está prevista una tarea administrativa para ella”.
“Ella quiere continuar en la fuerza y, si su evolución continúa, lo va a lograr y podrá continuar su carrera y no pasar a retiro por incapacidad”, agregó Villalba.
También adelantó que evalúan y ya solicitaron que sea trasladada al Escuadrón X de Eldorado, ciudad natal de Daiana y actual de su familia.
“Acá (en Santiago del Estero) ella tiene una contención psicológica muy buena, no hablamos de lo que le pasó, ese tema se mantiene en lo necesario apenas. Sólo nos preocupa que se haga justicia y que ella se recupere”, remarcó Villalba.
Describió además las lesiones que sufre su hija: “Tiene el rostro, el torso, abdomen y los brazos con quemaduras. Las vías respiratorias están bien, no sufrió infecciones y se repuso de una neumonía en el hospital. Es una chica fuerte y en un año le van a poder realizar cirugías estéticas e injertos de piel, todo lo que necesite. Hoy lo más preocupante es su vista: nos anunciaron que tendría complicaciones, pero por lo pronto no lo evidenció, vamos a esperar confiados”.