La historia de “El azote”, tiene como protagonista a Carlos, un asistente social en la ciudad de Bariloche, que mantiene una lucha dura y continua por ayudar a encauzar las vidas de los estudiantes del colegio en el que se desempeña.
La tarea está en seria desventaja frente al entramado de corrupción, pobreza, drogas y abusos que acecha a los jóvenes, y además le impide poner su propia vida en orden, recuperar a su ex pareja y asistir a su madre inválida.
Su empatía logra reducir los impulsos violentos de los chicos que tutoriza, y su temple lo sostiene frente a las agresiones de aquellos que lo ven como un obstáculo para perpetuar la miseria, pero cada batalla le va quitando la confianza en poder cambiar las cosas, y se acerca el momento clave para no sacrificar el futuro de los alumnos.
El prolífico Campusano demuestra nuevamente que el ritmo de su producción no hace más que contribuir a la audacia y contundencia de sus obras, con una historia que explora las problemáticas más complejas que afrontan las comunidades de las periferias en nuestro país, sin renunciar a la empatía por sus personajes, las heridas que los transformaron y los demonios que aún los persiguen.
El Azote fue producida por Cinebruto e Inimaginaria, está última, productora de la misionera Mónica Amarilla.
La llegada a las salas de cine del centro posadeño fue posible por la gestión de la gerencia de Exhibición, Distribución y Comercialización del instituto de Artes Audiovisuales de Misiones.