Desde tiempo inmemorial, la historia de Grecia pasa a través de estas islas. Desde la tranquilidad de Kea hasta la animada Mykonos, las playas de fina arena de Milos o las impresionantes cornisas volcánicas de Santorini, una veintena de islas se ofrecen al navegante. Las islas griegas Cícladas son las siguientes: Kea, Kithnos, Serifos, Sifnos, Milos, Kimolos, Siros (Syros), Paros, Antiparos, Naxos, Andros, Tinos, Mykonos (Miconos o Mikonos), Delos (Dilos), Ios, Folegandros, Sikinos, Anafi, Amorgos, las pequeñas Cicladas (Donousa y Kufonisia), y Santorini (Thira o Fira).
Naxos
Es la isla más grande de las Cícladas. Su paisaje es algo más montañoso pero igualmente fértil que en el resto de la zona. Se distingue por las numerosísimas playas que sorprenden al turista cuando recorre la isla. Sus pueblos se mezclan con una gran cantidad de hallazgos y recintos arqueológicos.
Es muy recomendada para una estancia larga y para los amantes del mar y el sol.
Existen autobuses regulares, pero para sacar todo el provecho a la isla es aconsejable un coche. Otra posibilidad es alquilar una moto; los ciclomotores son aconsejables para cubrir zonas cercanas, ya que esta es la mayor de todas las Cícladas y resulta demasiado grande para un vehículo de pequeña cilindrada.
La capital, Naxos o también llamada Jora, es una mezcla de monumentos de distintas épocas. En la entrada del puerto, sobre un islote, se conserva la gran puerta llamada Portará, símbolo de esta isla junto a los cientos de torres venecianas repartidas por toda ella. Portará es lo que queda del grandioso pero inacabado templo arcaico de Apolo. La ciudad está dominada por un castillo veneciano de grandes puertas y torres que en su interior acoge el museo arqueológico, el bizantino, el folclórico, la catedral católica, varios monasterios y la antigua escuela mercante. Visitarlo por la noche es una experiencia única ya que se encuentra bellamente iluminado.
Naxos es probablemente la isla más completa de las Cícladas. Todo lo que uno espera encontrar cuando visita las islas griegas está allí: mucho sol, deliciosa comida mediterránea, hermosas playas, pueblos tradicionales y, algo que no tienen otras islas, los restos arqueológicos mejor conservados del archipiélago. Por si todo esto fuera poco, Naxos es también una de las islas más económicas.
Las playas se encuentran sin ninguna duda entre las mejores de todo el Mediterráneo. No solamente por su incuestionable belleza. Tampoco por su longitud, siendo con diferencia las más largas de las islas Cícladas. Lo que más sorprende es la absoluta tranquilidad y lo fácil que resulta encontrar en una playa desierta, algo que contrasta con la masificación de las islas vecinas.
Pero por muy bellas que sean sus playas, la isla es mucho más que arena y mar. Para conocer la otra cara basta con adentrarse en las escarpadas montañas del interior, entre las que se encuentra la montaña más alta de las Cícladas. A través de una estrecha y serpenteante carretera se accede a pintorescos pueblecitos que huelen a tradición. Las vistas durante todo el ascenso son espectaculares y permiten descubrir pequeñas iglesias ortodoxas literalmente colgadas de los acantilados, mientras a ambos lados de la carretera se suceden los viñedos y los campos de olivos, de los que extraen uno de los aceites de oliva más apreciados de toda Grecia.
Templo de Dimitra
Uno de los monumentos arqueológicos mejor conservados es este templo, que data del 530 a.C. Tal vez no tenga la majestuosidad y grandeza del Partenón, pero a diferencia de éste, sin ningún turista alrededor, aquí es más fácil sentarse y observar en silencio la belleza y armonía de las construcciones de la Grecia Clásica.