
Con las maletas listas para viajar a México a la investidura presidencial de AMLO, el mandatario venezolano Nicolás Maduro ordenó este jueves que se aumente el salario mínimo de los venezolanos en un 150% a partir de diciembre, como parte de unas medidas de ajuste de su programa económico.
Con esto el ingreso base de los trabajadores pasará de 1.800 bolívares (791 pesos) a 4.500 bolívares ($1.980) a partir del primero de diciembre, según apuntó Maduro a la televisora estatal desde el palacio presidencial.
Sin embargo, un 70% de los venezolanos con empleo formal cobra el salario mínimo y afronta una odisea para tener una vida digna donde nadie puede comprar una lata de atún. Muchos se cambian a otros sectores mejor pagados o abandonan sus trabajos. Solo seis de cada 10 trabajadores están empleados en el área formal, indican varias encuestas.
El reajuste salarial anunciado por Maduro llega luego de que se revelara que cifras oficiales indican que la inflación en el país sudamericano se salió de control al llegar a 860% en 2017 y la economía se contrajo 15.7%, de acuerdo con la información compilada con datos que Banco Central de Venezuela envió la semana pasada al Fondo Monetario Internacional para evitar sanciones.
El ajuste viene después que Maduro ordenó en agosto elevar 60 veces el salario mínimo de los trabajadores para mejorar su poder de compra bajo una hiperinflación y una recesión, una medida que entró en vigor en septiembre.
El mandatario no ofreció cifras oficiales sobre la tasa de inflación, que según el Congreso opositor se aceleró en el último año hasta ubicarse en 833. 997 por ciento en octubre y el Fondo Monetario Internacional estima que llegará al millón por ciento al cierre del 2018.
“Este factor de corrección llega como un regalo de Navidad (…) (Es) para mejorar la vida del pueblo”, dijo Maduro desde el palacio presidencial. “Hemos logrado una desaceleración importante de la inflación, aún preocupante”, agregó.
El nuevo ingreso mínimo de los venezolanos es equivalente a unos 10 dólares, si se toma en cuenta la tasa de cambio paralela que comerciantes y empresarios usan como referencia para fijar la mayoría de los precios de la economía local. Maduro adelantó que en los próximos días vendrán aumentos sobre algunos precios regulados y se dejará caer la tasa de cambio oficial que casi no ha variado tras la devaluación de un 96% a mediados de año.
A pesar del aumento salarial, la vida en Venezuela deja cicatrices. Hacia finales de junio, José Ibarra, un docente de la Universidad Central de Venezuela, difundió en Twitter una fotografía de sus zapatos desgastados. “Mi sueldo como profesor universitario no me alcanza para pagar el cambio de suela, cuestan 20 millones”, escribió. Son 5,8 dólares hoy, pero en los próximos días será todavía menos por la devaluación del bolívar. “Es difícil decidir en qué gastar el dinero. Hago una lista de prioridades, pero siempre son muchas y no cubro ninguna”, dice Ibarra. Su último sueldo lo gastó en verduras y con eso se alimentó durante unos días.
El salario mínimo se paga en dos partes, tres millones en metálico y el resto en un bono de alimentos que se ingresa en una tarjeta llamada cestaticket. No se puede comprar un paquete de galletas, aunque con esa cantidad hace cinco años se podía abastecer de alimentos una despensa. Este viernes el gobierno anunciaría una nueva lista de precios para mercaderías de la canasta básica.
Fuente: Medios Digitales