Hong Kong es un lugar espectacular y apasionante. Pero de una intensidad tan aplastante que puede llegar a saturar en tan sólo un par de días.
Así que si quiere un poco de paz y de sosiego tendrá que refugiarse en alguno de sus parques. Sin embargo, huir a un lugar donde saborear la naturaleza y un poco de paz es posible, más allá de los parques. Se llama Lantau y además sólo debe tomar el metro.
Esta isla se encuentra localizada al oeste de la isla de Hong Kong, junto a la desembocadura del río Pearl, y está perfectamente conectada con la península de Kowloon.
En todos los recuentos de qué hacer en Hong Kong, visitar la isla Lantau aparece en el top 5, y es que definitivamente es una de las visitas básicas. Tiene sus inicios como un área pesquera y ahora es famosa por tener muchos atractivos, entre los que destaca Hong Kong Disneyland y, por supuesto, termina siendo una visita prácticamente obligada porque ahí está el aeropuerto internacional.
Sus 146 kilómetros de terreno montañoso y sus impresionantes vistas son perfectas para los que disfrutan el senderismo. Pero sin duda el atractivo estrella es el Gran Buda, una estatua de bronce de 34 metros de altura y 250 toneladas situada en el punto más alto de la isla. Éste es el Buda sentado más grande del mundo y es una extensión del Monasterio Po Lin, con más de cien años de historia.
Lantau convoca a unos siete millones de personas cada año, por lo que se ha buscado explotar al máximo el destino, incluyendo cada vez más actividades para los visitantes: desde un teleférico con suelo de cristal, hasta un simulador y un espectáculo de efectos especiales de películas. Muchas de estas actividades poco tienen que ver con el Gran Buda, que simboliza la unión del hombre con la naturaleza y el templo, pero sirven de complemento para las visitas, sobre todo para los que viajan con niños.
Lantau se ubica a aproximadamente una hora desde el centro de Hong Kong y se puede llegar en metro, el sistema de transporte de la ciudad que cubre 81 estaciones. La más cercana a Lantau es Tung Chung Station a sólo dos minutos caminando de Tung Chung Cable Car Terminal, el punto de partida para los que deciden subir al Gran Buda en el teleférico Ngong Ping 360, o desde ahí se puede tomar el autobús que se dirige hacia el pueblo pesquero de Tai O.
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Monasterio Po Lin
En el pasado, era un simple monasterio remoto y oculto tras el exuberante paisaje montañoso, pero se convirtió en el centro de atención cuando en 1993 se erigió la extraordinaria estatua del Buda Tian Tan, de 34 mts de altura, orientado al norte mirando hacia el pueblo chino, este majestuoso Buda sentado de bronce atrae a visitantes de todo el planeta.
Sendero de la sabiduría
Recorre una serie de 38 estelas de madera (monumentos verticales) con versos del milenario Sutra del Corazón, una de las oraciones más famosas del mundo, venerada tanto por los confucianos, como por los budistas y taoístas. Ubicado en las colinas de Ngong Ping ofrece unas impresionantes vistas al mar de China meridional.
Ngong Ping 360
Además de constituir la forma más cómoda y rápida para llegar hasta el Monasterio Po Lin y El Gran Buda, el Ngong Ping 360 es una forma de transporte que ofrece unas vistas increíbles. Sobrevolar el paisaje montañoso de Lantau no tiene comparación a hacer el mismo trayecto por carretera. En la cima del monte Ngong Ping encontrará varios restaurantes y tiendas.
Con sus 34 m de altura, sus 250 toneladas de bronce y reposando sobre una inmensa flor de loto, este Buda simboliza la unión del hombre con la naturaleza. Está rodeado de seis estatuas más pequeñas. Seis Devas con diferentes ofrendas que representan todos los atributos para alcanzar el Nirvana.