Sólo a través de la comunión con los ángeles del padre celestial aprenderemos a ver lo invisible, a oír lo inaudible y a pronunciar la palabra inexpresada, explicó Jesús en el evangelio de los Esenios.
Llegó a decir que debíamos comunicarnos con doce ángeles, al objeto de obrar como obran los ángeles. Estos son el sol, el agua, la tierra, la nutrición, la vida, la alegría, el poder, el amor, la sabiduría, la vida eterna, el trabajo y la paz.
No es extraño que Jesús declare que todos los elementos de este planeta y de nuestras vidas cuenten con un ángel para su cuidado. Cuanto más respeto manifestamos, en nuestro planeta, más sanos y equilibrados nos manifestamos…
Los ángeles que cuidan nuestro planeta son entre otros los Devas. Los devas son un reino paralelo a la humanidad y su desarrollo se extiende a lo largo de una amplia gama de conciencia tal como lo hace el nuestro.
El reino dévico es de naturaleza jerárquica que incluye los elementales, la hadas, duendes, las hadas del jardín y los espíritus de la naturaleza, entre otros que nos acompañan para nuestro mejor vivir…
En el orden angelical están en dos planos, los devas mayores y los devas individuales. Los mayores están ligados por 7 poderosos espíritus de la naturaleza y su función es dirigir los trabajos de los devas individuales, que gobiernan los elementos. Los devas mayores rigen en cuatro esencias: Tierra, Fuego, Aire y Agua.
Los devas individuales rigen cada uno de los elementos junto con millones de seres que realizan la tarea de la naturaleza.
La manera de conectarse con ellos es por medio del sonido y de los colores, el sonido por oraciones, cantos o la palabra, los colores por si mismos… (Continuará)
Colabora
María Ysabel Leyes
[email protected]
También en FB.
03764-4275189