
La Policía -orden judicial mediante- ingresó al terreno, aparentemente de propiedad privada, y desarmó las precarias casillas de madera existentes en el lugar, donde había otras viviendas a medio construir en material.
Las pertenencias de los ocupantes fueron trasladadas en camiones.
Los intrusos, que en su mayoría llevaban entre tres años y ocho meses en el lugar, aseguran haber comprado sus parcelas a terceros.