¿Podemos ser genios y nunca habernos enterado? Cuando Albert Einstein tenía apenas 5 años de edad, se encontraba enfermo y su padre, para que pudiera entretenerse, le regaló una pequeña brújula. El niño se mostró entusiasmado y durante largo tiempo se preguntó cuáles eran las fuerzas invisibles que hacían que la aguja siempre apuntara en la misma dirección.
Quizá este solo hecho despertó esa curiosidad que entre otras cosas lo llevaría a ser uno de los científicos más reconocidos del siglo XX. Justamente es a él, que se le atribuye la siguiente frase:
Teniendo en cuenta que se considera genio a una persona que ha obtenido logros sin precedentes, creativos, originales, y universales, podemos decir que para alcanzar estos resultados, no necesariamente se debe poseer una inteligencia supra. Muchas personas que han obtenido resultados originales y sin precedentes, lo han logrado con una tenacidad a toda prueba, confianza en sí mismos y en otros casos, munidos de un compromiso y una valentía increíble o simplemente, con una fe a toda prueba.
Tal vez todos somos genios, pero las condiciones que nos rodean, nuestras creencias limitantes, nuestra educación y cultura, han logrado enterrar en lo más profundo de nosotros esa genialidad. Atreverse a desafiar las historias que nos contamos, esas historias que nos mantienen presos y no nos permiten desarrollar todo nuestro potencial, es el primer paso en el camino hacia nuestra genialidad.
Aquí algunas palabras que pueden despertar al genio en nosotros.
Práctica: existe una teoría que dice que cualquier persona puede transformarse en virtuoso con 10 mil horas de práctica. A pesar de que este estudio científico ha sido recientemente cuestionado, es posible que la práctica de un instrumento, ajedrez o lo que elijas, te permita conectar con algo dentro tuyo que desconocías y te acerques a la genialidad.
Curiosidad: Los genios tienen ansias de aprender, son curiosos y devoran la información relacionada a aquello que los apasiona.
Autoconfianza: Confiar en uno mismo, significa no tener miedo a defraudarse a uno mismo. Por lo general somos muy críticos de nuestro trabajo, nos cuesta compartir con otros nuestro talento ¿Que pensarán de mi? Ahora pensá en todas las personas que llamamos geniales, casi todas fueron víctimas de burlas y críticas. Su tenacidad, producto del amor y la pasión que despertaban en ellos sus ideas, les brindaron la templanza y energía necesarios para confiar en sí mismos y seguir adelante.
Talento: Debería ir primero en la lista. todos tenemos algún talento, lo difícil no es tenerlo sino encontrarlo. El sistema educativo tradicional está construido igual que una ensambladora de motores, donde todas las piezas son idénticas y ocupan el mismo lugar. Esto genera que nuestros talentos permanezcan ocultos de nuestra mirada y de la de otros. Encuentra tu talento.
Amigos: Rodéate de amigos irracionales, esos que desafían tus creencias, esos que te impulsan a la acción, aquellos que te hacen reflexionar y que te invitan a ver el mundo como jamás te lo hubiese imaginado.
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Jorge Kordi
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