Funcionarios del Ministerio de Turismo de la Nación llegaron hasta Puerto Iguazú con una misión cargada de desinformación previa: “convencer” a los vecinos de la ciudad de las Cataratas del loteo que pretenden hacer para fomentar inversiones privadas en el Parque Nacional. Un lugar que está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y que ha visto un fuerte impacto del hombre en su carácter de reserva por el crecimiento de visitantes en los últimos años.
Estos funcionarios, decidieron abrir la reunión pactada en el ITUREM pensando, seguramente, que el convencimiento de apoyar la idea sería un trámite. Y se equivocaron. No leyeron siquiera que el propio municipio se declaró en estado de alerta por la propuesta nacional que provoca más rechazos que respaldos.
Y así terminó: abruptamente debieron trasladar un encuentro más reservado a funcionarios y algunos empresarios hasta la Intendencia de Parques Nacionales.
Los manifestantes que rechazan la posibilidad de lotear la reserva nacional para que sea explotada por privados, al menos exigieron una audiencia pública en la que pudieran expresar su oposición de manera fundada, porque argumentos les sobran.
Sin embargo, desde Turismo nacional la respuesta fue que no existe ninguna posibilidad de convocar a una audiencia pública.
Misiones viene hace poco de tener un conflicto de similares características, cuando el Gobierno intentó abrir un polémico camino por el Lote 8 en la reserva provincial Moconá, donde se ubican los famosos saltos. La expresión contraria fue tan contundente que la medida oficial quedó cajoneada.
Resulta más que reprochable la actitud de los funcionarios que desembarcaron ayer en Iguazú, al intentar imponer medidas que beneficiarán a unos pocos privados en detrimento de la preservación del patrimonio natural. Al menos se enteraron que habrá muchos que resistirán.