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Camino al juicio oral y público va la causa que investiga la muerte vial de Natalia Soledad Aquino (18) y su sobrina, Zoe Ailén Aquino (5), atropelladas por un automovilista que se dio a la fuga. Las pericias genéticas confirmaron que el principal sospechoso, un jubilado correntino de 67 años, efectivamente conducía el vehículo al momento de la tragedia.
Si bien todo apuntaba a esa teoría, PRIMERA EDICIÓN pudo saber que el magistrado Miguel Ángel Faría, titular del Juzgado de Instrucción 4 de Apóstoles, al frente de la pesquisa, había solicitado meses atrás una pericia genética a los fines de disipar una versión que apuntaba a que el hombre mayor podría estar encubriendo al verdadero responsable del hecho.
Para ello, tuvo particular importancia el hallazgo de una gota de sangre de perfil masculino encontrada en el guardabarros del Ford Ka involucrado, correspondiente a un rastro dejado “por goteo”. Para evitar cualquier suspicacia, Faría mandó al laboratorio, desde donde se confirmó que esos rastros pertenecen al imputado.
Se presume que esas gotas de sangre cayeron en la parte frontal del vehículo una vez que el sospechoso se bajó del mismo para cerciorarse de los daños con los que había terminado el Ka. Y eso terminó por cerrar su suerte: la Justicia descartó la posibilidad -como apuntaba aquella teoría- de que otro haya sido el conductor al momento del choque.
El episodio que conmovió a la Zona Sur de la provincia tuvo lugar alrededor de las 20.45 del viernes 11 de noviembre de 2017 sobre la avenida San Martín -ruta provincial 10- que conecta el centro de Apóstoles con el barrio Estación, donde todo sucedió.
Por la escena caminaban Zoe y Natalia cuando por razones que se investigan fueron embestidas por un Ford Ka que escapó de la escena en dirección al sur. Esa misma avenida conecta con Colonia Liebig, ya en Corrientes, emplazada a 1.200 metros del lugar del hecho.
Las dos víctimas perdieron la vida prácticamente en el acto. El automóvil desapareció y hallarlo se transformó en una tarea difícil, pero no imposible: unas doce horas después, efectivos de la Policía de Misiones junto a sus pares de Corrientes encontraron el rodado chocado y oculto en unas vivienda de Gobernador Virasoro, a 90 kilómetros de Posadas.
Allí fue detenido el jubilado, quien permaneció tras las rejas poco más de un mes, hasta que finalmente cumplió con una caución de 300 mil pesos y recibió la excarcelación.
Desde entonces permanece imputado por “doble homicidio culposo agravado”, en razón de que escapó de la escena luego del episodio fatal. Es por ello que, ya en el banquillo, podría enfrentar una condena que va desde los tres a los seis años, al decir del segundo párrafo del artículo 84 bis del Código Penal.