Por la crítica situación económica que atraviesa el país, el sector comercial en toda la provincia sintió el impacto de manera contundente. Durante el 2018 en las principales localidades misioneras fue creciendo la cantidad de comercios que se vieron forzados a cerrar sus puertas y aumentó de manera exponencial el despido de personal.
El panorama se vislumbra aún más complicado con el inicio del nuevo año y no existen índices que fomenten la esperanza de alguna pronta recuperación, según reconocieron desde las distintas cámaras que nuclean a los comerciantes a lo largo de la provincia.
Ante esta problemática, PRIMERA EDICIÓN consultó a los representantes de las cámaras comerciales quienes coincidieron en adelantar que “el primer semestre de este año será muy complicado”.
Así, Carlos María Beigbeder, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Posadas (CCIP), aseguró que “este verano va a seguir ampliándose la cantidad de comercios que cerrarán sus puertas. Enero y febrero siempre fueron meses muy malos para el comercio. Si bien, por la crisis, habrá muchos casos de gente que no va a poder viajar eso no significa que esas personas que se queden en la ciudad tengan dinero para gastar”.
“En Posadas la mano de obra que se contrata vive de acuerdo a las ventas porque somos una ciudad netamente comercial”, amplió.
Al mismo tiempo indicó que “son los altos impuestos y la crisis general los que no dejan avanzar al comerciante. La combinación de impuestos altos y falta de ventas hace que no se pueda llegar a fin de mes de forma decorosa”.
“Las ventas se miden en dinero y cuando cae la recaudación por falta de movimiento la situación se torna muy preocupante. Por eso los comerciantes deben analizar un montón de cuestiones para achicar los costos, hasta llegar a la obligada reducción del personal”, analizó y remarcó que “8 de cada 10 emprendedores que apuestan a abrir un nuevo negocio se funden”.
En relación a esto cabe recordar que el año económico 2018 cerró con una inflación en alza, sumada a la fuerte devaluación del peso, la abrupta caída del poder adquisitivo y el incremento de la deuda externa.
Así, la caída de la actividad económica afectó el desarrollo comercial en todos sus niveles y rubros.
Para graficar la complicada situación Beigbeder recurrió al balance sobre el desarrollo del comercio en 2018. “El rubro que peor la pasó el año pasado fue el de alimentos, en su mayoría kioscos y despensas que fueron alcanzados por la crisis antes que el resto, ya que son negocios con márgenes muy acotados donde cada venta cuenta. Cuando se vive esta clase de crisis no alcanza el margen para pagar los alquileres, la luz, el personal. Estos comercios en su mayoría eran atendidos por los dueños porque los costos que implica tener un colaborador son muy altos”.
“Si comparamos diciembre de 2018 con el mismo mes de 2017 el balance se mantiene igual, pero si se lo compara con el 2015, definitivamente se trata de otra era”, manifestó el titular de la Cámara de Comercio de Posadas a lo que agregó: “Este año todo será igual o más complicado. Aunque al ser un año electoral puede ser que la canilla de fondos se abra un poco más y todos seamos beneficiados”.
Por otra parte opinó que “para salir de la crisis hay que bajar los impuestos y terminar con la inflación. La madre de todos los problemas es la inflación. Tenemos una inflación muy alta y caída de consumo porque no se recuperan los sueldos y a partir de allí se suceden los otros problemas. El origen de todo es el proceso inflacionario. Hay que atacar directamente ese problema que nos aqueja”.
Apretados por los altos impuestos
Desde la Cámara de Comercio de Iguazú, el vicepresidente Jorge Florentín expresó que uno de los principales inconvenientes que perjudican a los comerciantes son los altos impuestos que deben costear.
“En Puerto Iguazú el sector comercial está muy complicado, muy apretado por los altos impuestos y las altas tasas de interés. A veces parece que el comerciante solamente trabaja para pagar impuestos y luego ni siquiera alcanza para cubrir las necesidades básicas, como son el agua y la luz. La luz tiene constantes cortes todos los días en todos los barrios y con el servicio de agua potable pasa lo mismo hace mucho tiempo. La deficiencia de los servicios básicos es algo que también desespera al comerciante siendo que cada vez hay más impuestos”, señaló.
Además consideró que “la fuerte devaluación del peso frente al dólar no generó un vuelco de visitantes brasileros o paraguayos haciendo compras en los locales de Iguazú, salvo algunos artículos en particular que sí crecieron como el vino”.
Sobre el balance del 2018 en la ciudad de las Cataratas informó que “hubo cierre de comercios y despidos de personal. El empleo informal siempre es el primero que cae y en Iguazú hay muchísimos comercios con empleo informal”.
En tanto que sobre las perspectivas del sector comercial para los primeros meses del 2019 indicó: “El panorama se ve muy complicado. Se sabe que será un año con más recesión y eso desalienta más aún la inversión. Los comercios se están achicando para tratar de reducir los costos. Tenemos aumentos de los costos de servicios, también aumentos del salario, y el bono que se largó a fin de año forzó a muchos comercios y empresas. El 99% de los comercios en Iguazú son de micro emprendedores, empresas familiares, y son un eslabón muy delicado donde unas variables afectan mucho y obligan a los cierres”.
“Además la sensación térmica de los comerciantes es que los aumentos de impuestos y servicios dificultan todo para mantenerse a pérdida. Otros no aguantan y cierran. Y muchos ni piensan en invertir. Esos son los resultados negativos”, aseguró.
“Nos encontramos con comercios que tienen saldo a favor de ingresos brutos e impuestos provinciales, es decir que han pagado impuestos por mercaderías que todavía no se han vendido. Hay una vorágine de recaudar impuestos provinciales. El Gobierno nacional había prometido bajar impuestos, hizo todo lo contrario y en zonas de frontera eso se siente mucho más. Se promulgó la Ley Pymes y nunca se reglamentó. Se dilatan los temas y en el medio cierran los negocios y se despiden empleados, que son el eslabón más fino de la cadena. El panorama es muy preocupante y complejo. Estamos sufriendo esta situación y es muy difícil llegar al gobierno para que nos escuchen”, dijo con preocupación.
Crisis energética
Por su parte, Ramón Agustín Da Silva, titular de la Cámara de Comercio de Montecarlo, aseguró que “el principal problema para los comercios de la zona es la crisis energética”.
Al respecto añadió: “En el factor económico sabemos que 2018 fue muy complicado para todos y más aún cuando el empresario no puede trabajar, cumplir las horas, o tiene personal en forma ociosa por falta de energía, este problema se da en todo el interior provincial, principalmente en Oberá, Leandro N. Alem, Montecarlo y Eldorado. Es una problemática que se da en todos los municipios y complica mucho al trabajo aparte de la situación económica que estamos viviendo. Esto dificulta mucho el panorama para los comerciantes. Estamos muy preocupados con esto”.
Debido a esta preocupación informó que desde varias localidades las respectivas Cámaras de comercio se unieron para redactar una nota “reclamando a EMSA por el problema de la energía eléctrica en toda la provincia”.
Mientras que puntualmente sobre las repercusiones que tuvo en los rubros comerciales el impacto de la crisis nacional, informó que “el año pasado en Montecarlo hubo cierre de varios comercios, inclusive algunos locales que eran muy históricos y habían superado diferentes crisis en décadas anteriores”.
“También tenemos problemas en el sector maderero, hay varias fábricas que trabajan con la madera y está muy complicada su situación. Pensábamos que con el aumento del dólar se iba a favorecer la exportación pero todavía no sirvió para mejorar ese sector donde vemos que se achican los horarios, tienen pagos muy atrasados al personal, inclusive algunas empresas que están debiendo aguinaldo y vacaciones. El sector más complicado es el maderero”, amplió.
Finalmente señaló con algo de entusiasmo: “Por el inicio de este año queremos ser optimista. Uno apuesta unos pesos, invierte a tener un comercio y hay que ser optimistas en eso. Esperamos que el 2019 sea mejor que el año pasado porque será un año electoral. Todos pensamos que por eso va a ser un año diferente y puede haber un mayor movimiento de dinero y todo lo que pueda favorecer al sector empresarial. Esa es la expectativa que tenemos”.