Hasta hace poco tiempo, las mujeres debían tolerar en silencio los silbidos, comentarios de carácter lascivo, sexista, solicitudes persistentes que exigen el nombre, número de teléfono o destino de una persona, comentarios o exigencias con referencia a actos sexuales; acecho, persecución, exhibición indecente y masturbación pública. Algunos abusos incluso incluían manoseos, agresión sexual y hasta violación.
Con el propósito de desnaturalizar estas prácticas culturales instaladas históricamente y sensibilizar sobre todas las formas de violencia que afectan diariamente a las mujeres de la ciudad, la Municipalidad de Posadas lanzó en marzo de 2018 el Programa “Comercio Amigo – Lugar Seguro”, acompañada por la Cámara de Comercio e Industria de Posadas (CCIP) y la Cámara de Mujeres Empresarias de Misiones (CAMEM).
Una forma de violencia
Antes de cumplirse un año de esta iniciativa, ya sumar más de 300 los comercios y empresas de la capital provincial adheridas como lugares seguros, entre ellos el diario PRIMERA EDICION (Avenida Corrientes 2434). Esta acción municipal comenzó como una campaña con los comercios de Posadas pero, dada la importante adhesión obtenida, se transformó en un programa permanente que busca incluir al mayor número de instituciones posibles como espacios seguros.
Según indicó la titular del Dirección de Equidad de Género, Ángela Ferreira, se registraron varios llamados desde los comercios seguros por casos de hostigamiento y acoso, por lo que se aplicó un protocolo definido de antemano.
Los lugares seguros funcionan como espacios de contención donde la víctima puede acudir y pedir ayuda para que actúen las autoridades correspondientes. Cada institución de la red tiene un protocolo de acción que es el que se activa cuando una mujer busca resguardo por una situación de acoso callejero. “Es importante poner en agenda el acoso callejero porque las mujeres hoy no tenemos garantizado nuestros derechos como ciudadanas de transitar, vivir y poner nuestro cuerpo en el espacio público en igualdad de condiciones que los varones porque somos acosadas, abusadas y encima culpabilizadas por la ropa que teníamos puesta, o la hora y el lugar en que circulábamos cuando los derechos humanos no se transforman ni mutan en función de las variables de contexto. Ninguna variable de contexto justifica el acoso o abuso”, destacó.
Al respecto, según destacó Ferreira, “en el caso de sufrir o presenciar actos de violencia hacia la mujer, se puede denunciar en cualquier juzgado de paz además de las comisarías y las líneas disponibles son 137, 102 y 144, las cuales funcionan las 24 horas, los 365 días del año”.