El año apenas comienza y las complicaciones en la economía no ceden, ni siquiera por la menor cantidad de movimiento que provoca el período de vacaciones. Como consecuencia de un panorama cada vez más difícil, el que sigue en el plan de “cesión millonaria”, de Nación a las provincias, es el presidente Mauricio Macri.
En el camino al “déficit cero” que se parece cada vez más al “pobreza cero” que nunca se alcanzó, no fue suficiente trasladar a las provincias los costos de los subsidios al transporte, a la energía eléctrica, al gas (natural y en garrafas). A Misiones, por ejemplo esta semana, le “cedió” el pago del subsidio interzafra para 4.500 tareferos que Trabajo de la Nación eliminó de su padrón de asistencia.
Sin embargo, a la par de la transferencia de responsabilidades, el Gobierno de Cambiemos no “cede” recursos de coparticipación para que las jurisdicciones no sean las responsables de enfrentar el creciente malestar social, a partir de los continuos tarifazos en distintos servicios.
Por dar un ejemplo de lo desigual de las medidas, la Nación se lleva la Tasa de Inspección que los consumidores pagan en los paquetes de yerba mate (estampillas) con la cual podrían haber cubierto ampliamente los algo más de diez millones de pesos que se necesitaban para los trabajadores rurales.
En el caso de la energía, no sólo eliminó el 100% de la tarifa social sino que ordenó un fuerte incremento desde febrero que CAMMESA deberá aplicar a las distribuidoras (en el caso misionero a EMSA y de la empresa a las cooperativas concesionarias del servicio en nueve zonas de la tierra colorada). En este caso, la Nación administra la represa Yacyretá, a menos de 100 kilómetros de Posadas y con las consecuencias negativas de la misma sobre el territorio y la población.
A pesar que Yacyretá está manejada por un misionero (el schiavonista Martín Goerling) y el partido PRO por un senador de nuestra provincia que pretende ser candidato a Gobernador (Humberto Schiavoni), el “cambio” no llegó a beneficiar a los usuarios de la tierra colorada siquiera con un descuento en el precio de la energía.
El año pasado, con el relanzamiento del Plan Belgrano (en proceso de extinción), Macri se había comprometido con los gobernadores del NEA a que se aplicaría en esta región el 50% de los tarifazos que se decidan para CAMMESA. Claro, fue antes del caos financiero y económico que terminó con Argentina volviendo al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Lo único que logró la Provincia en los últimos días, es que las regalías que le corresponden por la generación sobre el río Paraná se paguen con un descuento sobre la cuenta que CAMMESA cobra a EMSA, posibilitando que de ese modo (en “especies”) Misiones se pueda hacer de los recursos que en dinero no llegaban en tiempo y forma.
En el transporte público de pasajeros, eliminó el 75% de los subsidios en un servicio básico que millones de argentinos no pueden reemplazar por taxis o remises por el encarecimiento que resulta en las economías domésticas.
Sobre el gas, Misiones sufre mucho más las consecuencias de los tarifazos por la ausencia de redes que abaraten el costo. Menos aún la posibilidad de modificar los artefactos para que funcionen con electricidad que seguirá subiendo a gran escala.
La Nación no aporta para salud porque los hospitales se administran desde las provincias; ni para la educación (transferida en los ‘90 a las jurisdicciones); ni para los servicios básicos; y va camino a no poner dinero para obras públicas. El único plan que le funciona a Macri es el “cesión de todo” menos de la caja.
“Hay que aguantar”
En la Rosadita misionera se escucha una frase que refleja el momento político de la relación entre el “misionerismo” y Cambiemos. “Hay que aguantar. En pocos meses habrá elecciones y será un nuevo tiempo para fijar las reglas de la relación institucional entre Misiones y la Nación”, explicó un importante funcionario provincial a PRIMERA EDICIÓN.
El encargado de “contener” a los gobernadores opositores sigue siendo (con cada vez menor caja) el ministro del Interior y Obras Públicas, Rogelio Frigerio. Es, por ahora, el único capaz de sentarse a conversar y negociar con los mandatarios el sostenimiento de la relación política. Sin embargo, Frigerio podría en breve alejarse del Gabinete nacional para asumir una responsabilidad internacional, a pesar de las chances que ostenta para pelear por la gobernación entrerriana.
En Misiones no se imaginan -todavía- a otro interlocutor con la “cintura política” suficiente en un Gobierno que ha demostrado poca capacidad de manejo en la materia.
Sin embargo, el clima social se agrieta. Asociado a la oportunidad política que ven grupos opositores en medio de la crisis.
Así, el camionero Hugo Moyano salió a anunciar que en poco tiempo realizará un paro nacional junto a otras organizaciones sindicales como pueden ser las dos CTA, marcando distancia con la CGT “dialoguista” respecto al oficialismo gobernante.
Lo hizo antes de que se inicien las negociaciones paritarias de 2019 que, lo más probable, terminarán profundizando el clima conflictivo por el porcentaje de incremento con base en una fuerte pérdida del poder adquisitivo del salario durante el año pasado.
Si la recesión se instala todo el año, las consecuencias sobre el empleo y la actividad productiva pueden ser más duras de lo que fueron en 2018. Y la Nación no da señales de “frenar” el programa acordado con el FMI para achicar el déficit en las cuentas públicas.
Más aún si en 2019 llega a necesitar de otro “salvataje” del organismo internacional para seguir cubriendo las obligaciones financieras.
Para los privados, todo se agrava por la mayor presión fiscal de un Estado que necesita de más y más recursos para sostenerse, con una inflación amenazante que dispara los costos mes a mes. En Hacienda preocupa que la recaudación nacional lleva seis meses consecutivos de caída, marcando claramente que queda un menor aguante de las empresas y los particulares para cumplir las obligaciones impositivas cada vez más onerosas.
Por mencionar un dato reciente, la actividad foresto industrial del país bajó en 2018 su producción en el 75% de las empresas, con reducción de personal en el 35% de ellas y una baja en las ventas en el 85% según el Observatorio que tiene la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA).
Calles movilizadas
Pero en las calles, incluso de Misiones donde pocas veces la gente se moviliza para reclamar, son cada vez más los que marchan para que se deje sin efecto el último tarifazo en transporte de pasajeros urbano e interurbano, luz, gas y el deficiente servicio de agua (tanto de SAMSA, la CELO, IMAS, entre otros prestadores). Tarifazos que se profundizaron con la quita de subsidios nacionales que podría continuar en los meses siguientes.
Sin inversiones y, en muchos casos sin el mantenimiento necesario, los tarifazos no garantizan al menos una normal prestación de los servicios. Basta con ver lo ocurrido esta semana en El Soberbio, San Javier, Oberá, Posadas, Garupá e Iguazú, entre otras comunas donde las protestas se repitieron.
Uno de los hechos de los últimos días más destacados fue la posición que asumió la Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas (FACE), a la que adhieren las entidades misioneras. Le advirtieron a la Nación que no pagarán la suba de CAMMESA porque ni ellas ni los usuarios tienen la capacidad de afrontar un aumento. Toda una rebelión institucional que, seguramente, terminará en la Justicia si se concreta.