A veces nos pasamos la vida entera realizando las mismas cosas de la misma forma. Esto sucede porque se crea una rutina e ingresamos en una zona de comodidad donde tomamos la decisión de quedarnos a vivir. Por ejemplo, alguien forma pareja y, después de un tiempo, comienza a funcionar en piloto automático. Ya no hay novedad, sorpresa y, mucho menos, pasión. Y el resultado es que nos terminamos sintiendo frustrados.
Si bien fuimos diseñados para ser estables, muchas veces, la estabilidad nos detiene y nos estancamos. Entonces surgen emociones como la falta de ganas y de motivación y el hastío.
¿Qué necesitamos en ese momento? Un problema. Sí, leíste bien. A nadie le gusta tener problemas pero estos tienen la capacidad de quebrar la estabilidad. Son una especie de reloj despertador que nos sacuden y nos despiertan. Sólo los problemas rompen el equilibrio que no nos permite crecer.
Pero para que un problema nos conduzca al crecimiento, necesitamos llevar a cabo algunos ajustes. Sobre todo para hacer funcionar lo que no funciona.
A tal fin, haríamos bien en practicar el “pensamiento lateral” que nos ayuda a encontrar una estrategia novedosa para salir del pantano. Es la clase de transformación que modifica las circunstancias. Si lo que estás haciendo no funciona, empieza a hacer algo diferente. La mayoría de nosotros repite lo que no funciona con la esperanza de que alguna vez dé resultado.
Hoy más que nunca debemos procurar hallar salidas alternativas. El problema, por lo general, no es éste en sí mismo sino la solución que probamos, no sirvió y volvemos a aplicar. Esto sólo logra que el problema se perpetúe y las circunstancias se mantengan tal como están, aun cuando sentimos que ya no las soportamos. Lo repito: cuando algo no me funciona, tengo que dejar de hacer eso y probar algo nuevo.
Mucha gente no es consciente de que alberga en su mente pensamientos negativos y, como consecuencia, una actitud negativa y resultados que no son los esperados. Pero todos los seres humanos fuimos diseñados para pensar lo mejor, lo que nos lleva a tener éxito en la vida. Esto son algunos hábitos de excelencia que te invito a incorporar a diario:
• Fortalecerse y decidir vivir con alegría. Cuando usas tu energía en dedicarte a lo que te encanta, te recargas de energía.
• No gastes tus fuerzas en pelear, en quejarte, en guardar resentimiento. Todo eso es inútil y podría enfermarte. Usa tus fuerzas para alcanzar tus sueños.
• Soltar el potencial interior. Donde estás hoy no es todo lo lejos que sos capaz de llegar. Libera tu potencial, diseña el futuro que deseas disfrutar y nada ni nadie podrá detenerte. En tu interior está todo lo que te hace falta.
• Hablar palabras positivas que construyen. Habla palabras cargadas de esperanza con aquellas personas que te apoyen y te alienten a seguir adelante. Tu destino depende de tu hablar porque las palabras (los pensamientos expresados) tienen el poder de construir.
• Sé proactivo, atrévete siempre a ir por más, y todo lo que hagas te saldrá bien.
Colabora
Bernardo Stamateas
Doctor en Psicología, Sexólogo Clínico, Escritor y Conferencista Internacional.