
Moderada cautela y mesurado entusiasmo puede ser la síntesis de los testimonios que PRIMERA EDICIÓN pudo recoger dentro del sector turístico local como balance de la primera quincena de enero en el destino Cataratas.
Algunos consultados, como por ejemplo Leopoldo Lucas, presidente del Iguazú Turismo Ente Municipal (ITUREM), se muestran satisfechos al enmarcar el comportamiento de la temporada en un contexto de aguda crisis económica por la que atraviesa la economía nacional.
“Haciendo una evaluación como destino turístico, podemos hablar de una buena primera quincena de enero, teniendo en cuenta la realidad que vive el país y los números que arrojan el resto de los destinos nacionales, donde ninguno ha ‘explotado’ y nosotros pudimos mantener un muy buen nivel de ocupación, que ronda entre el 82% y el 85% en esta primera quincena”, resumió el titular del ente de promoción turística local.
Por otra parte, Lucas señaló que las cifras de visitas al Parque Nacional Iguazú son similares a las de 2018, que tuvo registros récord, y que hay confianza en que la segunda quincena va a ser mejor, avizorándose una muy buena primera quincena de febrero.
“Sabemos que el bolsillo del turista nacional está muy golpeado y esto se ve en el consumo, pero debemos agradecer que hayan elegido Iguazú y que hayan venido, ya que gracias a eso pudimos mantener los niveles récord del año pasado y sabemos que va a seguir creciendo en los próximos días”, se esperanzó.
En el mismo sentido, Lucas destacó que hay muchas reservas de última hora, con turistas que compran servicios una vez que llegan al destino, lo que demuestra -afirmó- que puede seguir creciendo el nivel de ocupación. “Para la época y para el momento que vive el país, los números son muy buenos”, insistió.
“La proyección es incierta”
Menos optimista, el empresario y dirigente de la Asociación Hotelera, Gastronómica y Afines de Iguazú (AHGAI), Jorge Antonio, dijo que hay hoteles que están en un 50%, cuando a principio de año la proyección era tener un 80% durante todo el mes.
Según indicó, la temporada arrancó muy bien los primeros días de enero pero después hubo un “parate” muy grande que no se pudo recuperar.
Antonio refirió que el segmento de alojamiento tiene establecimientos líderes que están al 85% de ocupación, pero “son la excepción” y hay otros que están en el 55-60%.
“Hay cabañas que están reportando un 30% de ocupación, con lo cual lo que se advierte es una temporada muy despareja, con una tendencia media-baja, cuando enero debería haber explotado”, remarcó en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
Antonio coincidió con los demás consultados en que la gente que llega a Iguazú tiene muy poco nivel de gasto y que eso se ve sobre todo en la gastronomía, donde se comparten muchos platos o se buscan alternativas más económicas.
“La proyección es incierta, porque se dan reservas de última hora, con lo cual se puede dar una explosión del 100% o un vacío total. La conclusión es que hubo ‘picos’ los primeros días de enero y después cayó estrepitosamente la semana siguiente”, redondeó el empresario, quien además opinó que “hay que saber leer los números de gente que ingresa al Parque Nacional Iguazú: el balance es que hay mucha menos gente de lo que se esperaba y los que están tienen muy poco impacto en el consumo”.