El año pasado terminó con señales negativas para el sector de la construcción en cuanto a inversión como en empleo. Según el Instituto de Estadísticas y Registros de la Industria de la Construcción (IERIC), con datos disponibles a octubre de 2018, Misiones perdió más del 6% del empleo en el sector de la construcción.
El ajuste para cumplir con las metas impuestas en el acuerdo con el Fondo Monetario, la recesión y los recortes de recursos (como el Fondo Solidario de la Soja), provocaron una caída de actividad cuyas consecuencias se sienten, especialmente en los municipios donde la mano de obra que se podía conseguir estaba vinculada a la infraestructura financiada por el Estado.
Distintas consultoras nacionales estiman que un conjunto de 19 provincias podría repetir la misma actividad del año pasado en materia de obra pública. Entre ellas se encuentra Misiones. Sin embargo, también se advierte que en 2019 las jurisdicciones deberán destinar una buena parte de los recursos a compensar subsidios (electricidad y transporte público especialmente), con lo cual la proyección se puede ver afectada por este motivo.
En la tierra colorada, el gobernador Hugo Passalacqua anunció que se pondrán 1.200 millones para subsidiar el 50% de la Tarifa Social a unos 100 mil misioneros de escasos recursos y el 50% de los aportes a las empresas de transporte urbano e interurbano.
En un año electoral, en una buena sintonía de gestión entre Nación y Misiones, se pueden esperar señales impensadas en los fríos números del presupuesto sancionado a fines del año pasado.
Señales traducidas en aportes para obras que movilicen la congelada actividad de la construcción particularmente de viviendas sociales como de redes de agua y cloacas largamente prometidas. Por ahora todas son suposiciones en un delicado panorama laboral y económico.