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Marcelo Katogui (30), hace tres años descubrió una pasión que modificó su vida, el ciclismo. Radicado en Buenos Aires por razones de estudio, decidió economizar en el tema transporte y empezó a moverse en bicicleta.
Después, cada tiempo libre lo encontraba planificando paseos, fue así que un día decidió realizar el viaje a Misiones. Primero fue de Oberá a Buenos Aires, en octubre del año pasado, con algunos tramos en colectivo y concluyendo en tren para llegar a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Luego, el retorno, mejorando la primera experiencia.
Inició el 2019 en la ruta. “Con el tiempo me di cuenta que la bicicleta no es sólo un entretenimiento, sino que puede ser un medio de transporte”, afirmó a PRIMERA EDICIÓN.
Asegura que hay antecedentes familiares que sustentan la herencia, un tío materno hizo el mismo viaje tres veces.
“Son familiares cercanos que le dan ese uso a la bicicleta. Cuando hice el viaje desde acá (Misiones), al llegar publiqué todo lo que había hecho y las personas me empezaron a hablar y sin darme cuenta me encontré incentivando a la gente a que haga viajes. Tengo amigos que están iniciándose y grupos de ciclistas viajeros en Facebook hay muchos. Son como cuatro mil viajeros de Sudamérica que realizan viajes así”, comentó.
En CABA, concluyó sus estudios en tiempo récord, tres años. En noviembre del año pasado hizo la defensa de su tesis preparada en Misiones y con el título de Licenciado en Economía y Administración Agraria de la UBA, Universidad de Buenos Aires, retornó en bici a la provincia.
“Antes recurrí a unos fabricantes de cuadros (de bicicleta) nacionales, de Rosario, comenzamos con ellos a armar la bici. El regreso fue hermoso lo disfruté mucho más. Sin límites mentales, con todos los elementos de seguridad, guantes, casco, anteojos de sol, protección solar. Es perder el miedo más que nada. Para mí conocer el pronóstico es fundamental. Volví en diez días, un tramo con un amigo casual, unos 30 kilómetros. Un par de días después nos encontramos en Curuzú Cuatiá, Corrientes, el 30 de diciembre, ese día salimos hacia Saladas, donde recibimos el Año Nuevo, con una familia que no conocíamos, pero nos recibió amablemente”, relató. “La gente respeta cuando uno hace algo por esfuerzo propio, me encontré con muchas historias increíbles y mucho reconocimiento. Muchos te dicen me encantaría hacer lo mismo”, confesó.
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Sobre las condiciones que debe tener el ciclista, señaló que es sólo paciencia. “Son otros tiempos en bici, hasta una mariposa te sobrepasa. Hay que ser paciente, no apurarse. A mí me encanta pensar y andando me permite eso, me oxigena y me da claridad. Creo que si tenemos bajos recursos, la bicicleta libra de la dependencia del transporte. Es menos peligrosa que cualquier otro vehículo. Más que condición física, se necesita condición mental”.
Marcelo Katogui se transformó en un promotor del ciclismo, en todas sus formas, pero principalmente como medio para paseos y transporte cotidiano. Promover el ciclismo como actividad al alcance de todas las personas sin límite de edad y condiciones físicas es el mensaje que quiere transmitir.
“Brinda seguridad, confianza en sí mismo. Te da mayor humildad y genera muchas satisfacciones, contrariamente a lo que muchos piensan, es menos peligrosa que cualquier medio de movilidad, porque la velocidad máxima siempre te posibilita una reacción para evitar el peligro”.
Según confesó recorrer en bicicleta Misiones es uno de sus proyectos y en caso de no acceder al campo laboral, para desempeñar su profesión, seguramente lo llevará a recorrer otros países.