Ante la cantidad de casos de enjambres de abejas que aparecen en zonas urbanizadas, unos jóvenes ecologistas decidieron tomar cartas en el asunto y organizar rescates por el riesgo a que sean eliminadas o espantadas de manera inadecuada. Durante el 2018 recibieron muchos llamados de personas que se sorprendieron al encontrar abejas en sus hogares o veredas.
La cara visible de este equipo es Agustín Ortíz, quien es técnico agropecuario y conoció su pasión por la apicultura durante su labor en la chacra. “En Apóstoles tengo un proyecto productivo en una chacra donde estamos haciendo apicultura y agricultura orgánica. Arrancamos con este proyecto del rescate de las colmenas urbanas en el 2018 con el que estamos bastante entusiasmados”, explicó a PRIMERA EDICIÓN.
En cuanto al tipo de labor que realizan, aclaró que “estos trabajos son sin fines de lucro. Lo que hacemos es encontrar las colmenas o nos avisan cuando están en lugares que no pueden estar, ya sea porque hay niños o animales o por una incomodidad de las personas. Así que cuando nos llaman nos presentamos con todo un equipo de trabajo, con los trajes y las medidas de seguridad necesarias para comenzar el rescate”.
Asimismo, Ortíz detalló que para estos procedimientos “nos basamos también en un calendario que se denomina el bio dinámico, en el que nos muestra que día se trabaja, además de qué parte de las plantas o qué tareas puedan hacerse con los animales, porque dependen mucho de los días, la posición de la luna y sus fases. En base a estos conocimientos, sabemos que hay ciertos días en los que las abejas están más dóciles, de esa manera uno puede acercarse un poco más sin alborotarlas mucho, que es algo que puede evitarse utilizando este tipo de calendario”.
Acerca del porqué es necesario la protección de las abejas, remarcó que “son un organismo y una colonia muy importante para nuestra alimentación y nuestra vida. Ellas son las encargadas de las tres cuartas partes del trabajo de polinización de nuestros alimentos. Por eso, tomamos la iniciativa de la concientización de no matarlas, porque muchos cuando encuentran una colmena en el fondo de su casa o un baldío cercano que considere que es una molestia, generalmente lo primero que hace es prenderle fuego, fumigarlas, básicamente erradicarlas”.
Sobre la presencia de los enjambres en zonas urbanas, Ortíz señaló que “en la ciudad se vuelve un problema ante la densidad de población, además de la cantidad de animales y actividades que pueden haber cerca de ellas. A veces sucede que las abejas tienen estos días en que están más a la defensiva, entonces cuando alguien pasa por al lado ya le pican una o dos, con lo cual se vuelve todo un inconveniente”.
En movimiento
Existen algunos meses durante el año donde es más evidente la presencia de las abejas en las ciudades. “En general la temporada en la que se encuentran más activas suelen ser durante la primavera y el verano. Más que nada durante el principio y finales de la primavera empiezan ellas a enjambrar, que es su modo de reproducción. Durante este proceso, un enjambre grande se divide en dos, se crea otra reina y ese enjambre se va en búsqueda de un nuevo lugar para habitar este enjambre es el que generalmente se ve cuando vemos como una pelota de abajes, que se la llama barba, en algún árbol o terreno, se trata de un nuevo enjambre que está buscando un lugar donde hacer su casa, instalar su colmena y sus panales. En ese estado, las abejas son totalmente inofensivas porque no tienen crías o miel que defender”, detalló Agustín Ortíz.
Grandes cantidades
Unas 60 mil abejas o más pueden ser parte de una colmena en su momento más fuerte. Una nueva arranca con unas 20 o 30 mil, explicó Agustín Ortíz.
Para los rescates
En el caso de encontrarse con un enjambre de abejas que puedan representar algún riesgo o molestia, pueden consultar información o coordinar un rescate comunicándose al número: 3758 458622.