Esta es la historia de Tanzan y Ekido, dos monjes zen que caminaban por un camino rural anegado a causa de la lluvia. Iban atravesando el lugar como podían cuando escucharon un lamento que provenía de una joven que trataba de cruzar el camino, pero no quería enlodar su kimono de seda. Sin pensarlo dos veces Tanzan la alzó y la pasó hasta el otro lado.
Los monjes continuaron caminando en silencio. Cinco horas después, estando ya muy cerca del templo donde se alojarían, Ekido no resistió más. – ¿“Por que alzaste a esa muchacha para pasarla al otro lado del camino?” preguntó. – “Los monjes no debemos hacer esas cosas”.
“Hace horas descargué a esa muchacha”, replicó Tazan. “¿Todavía llevas su peso encima?”.
Este cuento ilustra nuestra incapacidad o falta de voluntad para dejar el pasado atrás. ¿Cuántas veces seguimos cargando con preguntas, situaciones, supuestos y recuerdos que son del pasado sin liberarnos para vivir y disfrutar el momento presente?
¿Cuántas veces nos quedamos dando vueltas a los debería, a los tendría que haber?
Es verdad que aprendemos de las situaciones vividas en el pasado y de nuestros errores. Más cuando los recuerdos o pensamientos problemáticos se apoderan de nosotros y comienzan a formar parte de lo que somos, afectan nuestra capacidad de decidir, de disfrutar, de estar en el mundo, transformándose en una carga que ahoga y no nos permite vivir el presente.
Aprendamos a dejar ir. Si te molestó andá y aclaralo y si no, aprende y olvida. Animarse es amarse, basta de ponernos límites a nosotros mismos desde el temor. Todos los días tenemos la oportunidad de elegir.
Transformemos nuestros miedos en posibilidades y sigamos trabajando adentro nuestro para ser cada día mejores y decidir desde el amor, en lugar de hacerlo desde el rencor o el miedo.
El monje cargó con el peso de su resentimiento durante cinco horas, alimentándolo con pensamientos. Muchas personas cargan toda su vida una mochila muy pesada de dolor, queja, culpas, lamentos, hostilidad que los limita en su diario vivir.
No podemos cambiar el pasado, pero sí podemos aprender de él y significarlo de una nueva forma.
¿Cuánto tiempo más vas a seguir rumiando, cargando con ese pensamiento que te molesta y te impide disfrutar el presente? ¿Cuántos kilos pesa tu mochila?
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Valeria Fiore
Abogada-Mediadora
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