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La búsqueda de Candela Agustina Correas de Melo, hoy por hoy de 16 años, no tiene cuartel. Días atrás, desde la Justicia provincial se amplió un oficio al Ministerio de Seguridad de la Nación para pedir colaboración en esa labor. Justamente hoy se cumple un año sin ningún tipo de novedad de la adolescente, quien cursaba un embarazo de once semanas cuando desapareció.
El documento remitido por el Juzgado de Instrucción 3 de San Vicente, a cargo del magistrado Gerardo Casco, quien encabeza la investigación, fue enviado directamente al coordinador del Sistema Federal de Búsqueda de Personas Extraviadas y Desaparecidas (SIFEBU) de la cartera nacional, Diego Moreno.
No obstante aquello, según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, la Justicia también remitió una copia de aquel documento a la Justicia Federal, ante la presunción de que la desaparición de Candela esté inmersa en un caso de trata de personas. Por el momento, los detectives prefieren no descartar ninguna hipótesis.
La investigación es ahora seguida de cerca por el padre de Candela, Pablo Correas De Melo, quien días atrás, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN, confirmó que se mudó de regreso a San Vicente. “Volví para quedarme y ayudar en la búsqueda de mi hija. Creo que está viva y confío en que va a aparecer junto a su hijo”, explicó el entrevistado.
El paradero de Candela es un verdadero misterio. La triste historia comenzó a gestarse alrededor de las 22 del sábado 3 de febrero de 2018 en la casa que Candela compartía con su madre, sobre la ruta nacional 14, en jurisdicción de San Vicente. La mujer relató que la adolescente -en ese entonces, de 15 años y con un embarazo de once semanas- le había dicho que salía para encontrarse con su novio. Jamás regresó.
Una vez radicada la denuncia, efectivos de la Comisaría de la Mujer dependiente de la Unidad Regional VIII de la Policía provincial iniciaron una investigación. El joven que salía con Candela permaneció demorado por varios días, en los que aseguró ante la Justicia que no tenía relación con el extravío de la menor. El muchacho brindó, además, un dato por lo menos llamativo: dijo que aquella noche no tenía previsto reunirse con ella.
Por orden del magistrado Casco, la Policía provincial rastrilló diferentes sectores tanto de San Vicente como de la zona centro provincial, incluso cerca de viviendas de familiares de la pequeña, pero todos los esfuerzos fueron infructuosos. El último dato que se tiene, sin confirmación, es el de un camionero que dijo haber visto a una menor similar camino a la Triple Frontera.
“Tengo la esperanza de volver a verla, no le guardo rencor”, dijo su padre días atrás, con la ilusión de que la menor esté con vida e incluso haya dado a luz al bebé que gestaba en su vientre.