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Giselle Rodríguez, de 26 años, fue encontrada por su padre el domingo 20 de marzo de 2016 dentro de una vivienda del barrio Residencial Sur de Posadas. La joven inerte y tendida en un sillón del living, fue estrangulada y su concubino Martín Carlos Ruiz Díaz (31) se convirtió de inmediato en el principal sospechoso.
Casi dos meses después las pruebas y evidencias lo acorralaron y el juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo le dictó la prisión preventiva por “homicidio calificado por el vínculo”, delito que contempla la prisión perpetua como sentencia en el Código Penal Argentino: “Al que matare a su ascendiente, descendiente o cónyuge, excónyuge o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia”.
Tal como publicó oportunamente PRIMERA EDICIÓN, Giselle fue hallada boca arriba debajo de toallas y sábanas que la cubrían. Los investigadores señalaron que presentaba severos golpes en todo el cuerpo y principalmente, en el rostro.
Ruiz Díaz, entonces de 29 años y de oficio carnicero, la habría atacado a golpes de puño y estrangulado con sus manos y luego con un cordón, entre las 8 o 10 del mismo día.
Una vez cometido el hecho, el sujeto tomó en brazos a la hija de tres años de ambos, la llevó a la casa de la madre de Giselle Rodríguez y, sin dar explicaciones escapó con su Peugeot 405 rumbo a Encarnación, donde tiene familiares directos.
Fue la menor quien dio el alerta a la abuela de que su madre fue golpeada en la vivienda ubicada sobre calle 55 casi Japón. Todo se confirmó apenas llegó al inmueble.
Ruiz Díaz fue detenido un día después cerca de la terminal de colectivos encarnacena y expulsado de Paraguay de inmediato.
Antes de regresar esposado y frente a periodistas de la vecina orilla que lo abordaron en la cabecera paraguaya del puente San Roque González, admitió que había asesinado a su pareja. “Es cierto. Lo hice por cuestiones personales, por cosas mías”.
El testimonio, aunque sin valor judicial alguno, contrastó con el silencio que mantuvo luego ante el juez instructor en su indagatoria y en todos los pasos siguientes. Nunca declaró una palabra al respecto, se abstuvo y jamás dio su versión.