El legendario capo mexicano Joaquín “Chapo” Guzmán fue declarado culpable este martes de los 10 delitos de los que era acusado.
El criminal lideró un imperio criminal que traficó toneladas de drogas a Estados Unidos durante 25 años, por los cuales enfrentará cadena perpetua según la ley estadounidense.
Tras el veredicto leído por el juez Brian Cogan en la corte federal de Brooklyn, el exjefe del cartel de Sinaloa, de 61 años, saludó a su joven mujer Emma Coronel con la mano.
Coronel, de 29 años, vestida con pantalones ajustados negros y una chaqueta verde, le levantó el pulgar de la mano derecha, se cruzó las manos en el pecho y le tiró un beso antes de que los alguaciles retiraran al Chapo rápidamente de la sala.
La suerte del capo de la droga, de 61 años, estuvo en manos de ocho mujeres y cuatro hombres, todos ellos vecinos anónimos de los barrios de Brooklyn, Queens y Long Island, y las deliberaciones se extendieron durante más de 34 horas.
El jurado tenía el veredicto listo al mediodía de Nueva York y se le leyó media hora después. Él lo recibió sentado, con camisa gris y corbata gris oscura, buscando continuamente con la mirada a su esposa.