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Un nuevo femicidio golpeó en las últimas horas a la provincia. Esta vez fue en el barrio El Progreso, a metros de la Rotonda de acceso a la capital provincial, donde una adolescente de 17 años y embarazada de dos meses fue degollada a puntazos por su pareja, un joven de 22 que terminó detenido tras confesarle parte de lo sucedido al padrastro de la menor.
El cuerpo de María Belén González fue encontrado sobre el piso, al lado de la cama que compartía con el presunto autor, identificado como Matías Strieder, con el torso desnudo y alrededor de once cuchillazos en el cuello. Efectivos de la Dirección de Homicidios y de la Unidad Regional X trabajaron en la escena y secuestraron un cuchillo de cocina, presunto arma homicida.
La pareja convivía desde hace poco más de un año pero residía en el lugar hace menos de un mes con la madre de la víctima, quien junto a su pareja -padrastro de la menor- fueron los que encontraron el cadáver y dieron aviso a la Policía.
Fuentes del caso contaron a PRIMERA EDICIÓN que el alerta se conoció alrededor de las 22.30 del martes, ante el llamado de los tutores de María Belén, quienes debieron tumbar la puerta para ingresar a la vivienda emplazada sobre la calle 45 B casi Salvador Miqueri (Jesús Nazareno), a una cuadra y media de la avenida Fernando “Tulo” Llamosas.
Los uniformados no tardaron en arribar a la escena y descubrir el cuerpo sin vida de la menor, que yacía boca arriba y con claras muestras de violencia en la zona del cuello. A simple vista, el médico policial constató lo que luego confirmaría la autopsia ordenada por el magistrado Marcelo Cardozo: María Belén había sufrido al menos once puntazos con un cuchillo de cocina que le dañaron la traquea y la aorta.
Los investigadores secuestraron el presunto arma homicida en la cocina de la casa.
Creen que el autor alcanzó a limpiarlo antes de desaparecer de la escena. Tuvo tiempo para hacerlo, ya que los peritos creen que el femicidio se produjo entre las 18 y las 20 del martes.
Se sospecha, además, que el joven apresado convivió al menos dos horas con el cadáver de quien fuera su pareja. Luego decidió abandonar el inmueble y, según le dijo a su suegro en un encuentro fortuito, entregarse a las autoridades.
El sospechoso fue detenido unos pocos minutos después sentado en un banco de la plaza del barrio Tacurú, sobre avenida Ituzaingó, entre Soria y Apóstoles, frente a la comisaría Decimoséptima. Al parecer, efectivamente había cumplido con lo de entregarse, aunque a último momento resolvió retrasar aquello.
Sobre por qué resolvió caminar poco más de cuatro kilómetros desde la escena hasta esa dependencia, los detectives suponen que lo hizo en razón de que hasta hace menos de un mes vivía junto a la víctima cerca de Villa Hollywood, a pocos metros de la Decimoséptima. Suponen que era la única comisaría que conocía: tanto el sospechoso como la víctima, su madre y el padrastro son oriundos de Puerto Rico y la zona.
Incluso, según pudo confirmar PRIMERA EDICIÓN, en los registros de esa comisaría consta una denuncia previa de la madre de María Belén de mediados del año pasado. Si bien en un principio se pensó que podría tratarse de un episodio de violencia, aparentemente se trataría de una “fuga de hogar” de la menor. Tras aquel incidente, la pareja habría resuelto convivir.
Con respecto al embarazo que cursaba la adolescente, el rumor circuló durante la misma noche del martes, una vez hallado el cuerpo. La autopsia finalmente confirmó ayer que María Belén gestaba un bebé en su vientre desde hace poco más de dos meses.
Strieder por el femicidio permanece detenido a disposición del juez Cardozo, que podría indagarlo en el transcurso de los próximos días. Su situación aparece por demás complicada.
“Peleé mal con María Belén y me voy a entregar a la Decimoséptima”
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El destino jugó a favor del esclarecimiento del caso. Es que después de las 22.30 del martes, cuando el presunto autor escapaba de la escena del crimen, se cruzó fortuitamente con el padrastro de María Belén, cerca de la Terminal.
“Peleé mal con María Belén y me voy a entregar”, le dijo el joven, según pudo saber PRIMERA EDICIÓN. Conmovido, el hombre fue en busca de su pareja, es decir, la madre de María Belén, que a esa hora cumplía con labores como empleada doméstica en una casa de la zona.
Ambos llegaron a la casa, tiraron abajo la puerta y descubrieron el cuerpo ya sin vida de la víctima. Entonces llamaron a la Policía, que a los pocos minutos logró apresar al sospechoso en plaza ubicada frente a la comisaría Decimoséptima. Por eso se cree que el joven no mintió: caminó hasta el lugar y se sentó para “programar” su entrega en la plaza del barrio Tacurú, donde finalmente fue apresado por los investigadores.