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Sin emitir palabra, Matías Strieder (22) fue trasladado ayer ante la Justicia. El joven prefirió mantener el silencio durante la indagatoria por el crimen de quien en vida fuera su pareja, María Belén González (17), embarazada de casi tres meses y hallada degollada de once puntazos en la casa que ambos compartían.
La audiencia ante el magistrado Fernando Verón, subrogante del Juzgado de Instrucción 1 de Posadas, permitió al joven saber de qué está acusado. Y la imputación provisoria dictada hasta el momento por la Justicia prevé prisión perpetua: “homicidio doblemente calificado por el vínculo y por mediar violencia de género (femicidio)”.
Todo sucedió este viernes, según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, en la dependencia judicial de la avenida López Torres, donde Strieder fue trasladado bajo custodia policial para comparecer en la causa que lo tiene como principal sospechoso. Varios de los elementos que lo señalan directamente tienen que ver con la declaración tanto de la madre de María Belén como de su padrastro, quienes en las próximas horas testimoniarán ante la Justicia.
Al menos ante la Policía, ese hombre relató que el joven le confesó lo que había hecho. Incluso le habría dicho que fue por celos. No obstante, la familia de la menor no se conforma y, tal como se lo dijo a este Diario durante la semana, pide que no se descarten otras teorías.
En tanto, la Justicia también ordenó que sean sometidos a pericias tanto el cuchillo secuestrado en la cocina de la casa donde tuvo lugar el crimen y que aparentemente fue lavado, así como un pantalón hallado en el lugar que tenía manchas que serían de sangre.
El episodio conmovió a la provincia y trascendió incluso a los medios nacionales. Se descubrió alrededor de las 22.40 del último martes en el inmueble que la pareja alquilaba, sobre calle 45 B y avenida Salvador Miqueri, a una cuadra y media de la avenida Fernando Elías “Tulo” Llamosas.
Fueron el padrastro y la madre de María Belén quienes avisaron a la Policía que Strieder se había presentado en el trabajo de la mujer para decirle que había peleado con su pareja, sin brindar mayores detalles. Sin embargo, al parecer, en esa secuencia le habría confesado al hombre lo que había hecho. “Me voy a entregar a la Decimoséptima”, le habría dicho.
La pareja corrió hasta la escena y tiró la puerta abajo. Al entrar, se encontró con el cuerpo semidesnudo de la adolescente, ya sin vida y con cortes lineales a la altura del cuello. La autopsia confirmó que esas lesiones le afectaron la tráquea y la aorta.
Enseguida se inició la búsqueda del sospechoso, que no llegó muy lejos. Efectivos de la Policía provincial lo detuvieron sentado frente a la comisaría Decimoséptima, al parecer, analizando cómo haría para entregarse. Esos fueron sus últimos segundos en libertad.