Mucha gente tiene la idea que tener confianza en uno mismo es sinónimo de practicar una religión, o ser espiritual. Y esto lo asocian con una vida aburrida y gris. Nada más lejos de la realidad.
Confiar en nosotros mismos es tenernos fe y, como resultado, movernos y ser proactivos. Es tener la seguridad de que todo lo que nos propongamos, tarde o temprano, lo alcanzaremos.
A algunos nos enseñaron equivocadamente que la autoconfianza era lo que precisábamos para las situaciones de dificultad. Por eso, la llegamos a percibir como un salvavidas. Esto no es así.
La confianza en uno mismo es el combustible de los triunfadores. Cuando somos alimentados por la fe en nosotros mismos, todo nuestro ser responde positivamente: cuerpo, mente y emociones. Y, lo que es mejor, aun las circunstancias más complicadas son transformadas a nuestro favor.
La autoconfianza está disponible para todos, sin distinción. Todos necesitamos la certeza, la seguridad, de que tenemos lo que se requiere para accionar y avanzar en la vida y, en el camino, tomar las mejores decisiones. Pero para activarla, tenemos que procurar tener pensamientos sanos, del tipo: “Yo soy muy valioso… yo tengo todo lo que necesito para alcanzar el éxito”.
Estos son los principales beneficios de la autoconfianza:
Cuando creo en mí mismo:
… puedo vivir y disfrutar la vida al máximo.
… estoy lleno de paz y pasión.
… puedo ser feliz, seguro de mis convicciones y mi fe.
… puedo perseverar, a pesar de los problemas, hasta ver mis sueños cumplidos.
…puedo crecer sin límites, independientemente de mi edad.
… puedo tener buen ánimo a menudo y contagiar a otros.
… puedo actuar, a pesar del miedo y la duda que siempre aparecen en nuestras vidas.
… disfruto de buena salud en cuerpo, mente y espíritu.
… espero siempre lo mejor.
… sin duda viviré una vida larga y de calidad, cumpliendo el propósito por el cual nací.
¿No te parece que vale la pena confiar en vos mismo? A pesar de lo que te hayan dicho hasta ahora. Tu éxito no depende sólo de las capacidades que hay en tu interior sino, sobre todo, de que te atrevas a descubrirlas y usarlas para tu bienestar y el de los demás. Hoy en día muchos viven amargados y desesperanzados, sin darse cuenta de que comenzar a confiar en ellos mismos y a amarse de manera equilibrada, puede hacer toda la diferencia.
La confianza encierra un poder porque es la certeza de lo que uno espera, la convicción de lo que uno no ve, y atrae a nuestras vidas aquello que no es como si ya fuera. ¿Sabías que el término “certeza” proviene del griego hipóstasis, que literalmente significa: “título de propiedad”? Certeza es una palabra con connotación de legalidad.
Quien tiene certeza sobre sí mismo, se conoce, se valora y se respeta, aunque se demore un tiempo, terminará por alcanzar cada sueño que hay en su corazón. Aun frente a errores o decisiones equivocadas, nadie podrá quitarle el título de legalidad que prueba que es el dueño de ese proyecto y está autorizado a disfrutarlo.
Colabora
Bernardo Stamateas
Doctor en Psicología, Sexólogo Clínico, Escritor y Conferencista Internacional.