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La sobredemanda que registró el servicio de comedor del Campus Universitario la semana pasada abrió la puerta para que algunas agrupaciones estudiantiles propongan que salga de la administración de la Facultad de Económicas y quede bajo la coordinación de la Secretaría General de Asuntos Estudiantiles (SGAE).
Así lo solicitó el Frente Gremial Estudiantil de la Facultad de Humanidades, que recogió la voz de quienes tuvieron que hacer una fila diferencial porque no eran alumnos de Económicas, lo cual generó incidentes porque se lo percibió como “un accionar totalmente discriminatorio, autoritario y poco inclusivo”, según la nota que el viernes 21 elevó la mencionada agrupación estudiantil a la rectora de la Universidad Nacional de Misiones, Alicia Bohren.
La explicación al respecto de la decana de Económicas, Myriam Beretta, recogida por PRIMERA EDICIÓN, fue que su unidad académica inició su ciclo de nivelación el 5 de febrero, es decir, mucho antes que el resto de las facultades. Por lo tanto, los alumnos de su casa se habían podido inscribir con antelación en la lista de beneficiarios de esa beca y por eso no tuvieron que hacer filas para registrarse.
En cualquier caso, la solicitud del Frente Estudiantil propone, de ser denegada la opción de una nueva administración, que se gestione la construcción de un nuevo comedor universitario regional que pertenezca a todas las facultades que lo utilizan, y que -por ende- los cupos de acceso sean más amplios.
El existente en el Campus tiene lugar para 300 estudiantes. Para el día de apertura, se esperaba a no más de 400 alumnos y por poco no se triplicó la cantidad.
Política social
El servicio de comedor tenía que comenzar recién hoy pero se adelantó una semana a requerimiento de los estudiantes.
En el marco de la política social que tiene la Universidad Nacional de Misiones, es primordial el servicio, ya que es requerido por un alto porcentaje de estudiantes que provienen del interior de la provincia, cuyos padres hacen un gran esfuerzo para mandarlos a estudiar a la capital.
El hecho de que un miembro de la familia se traslade a Posadas para estudiar le significa a los progenitores el equivalente a mantener a dos familias. De ahí que la UNaM brinda, a través de las becas de comedores, el acceso a cobertura alimenticia a los alumnos que cursen en ella.
Este programa tiene como misión promover la igualdad de oportunidades en el ámbito de la educación superior universitaria, facilitando el acceso, permanencia y graduación de estudiantes. Se considera una herramienta de inclusión, pero en la nota a Bohren se menciona que puede haber una cuestión de ideología partidaria de fondo.
“La conducción del Centro de Estudiantes de Económicas y el secretario de bienestar de esa facultad responden a la agrupación Franja Morada y tomaron la decisión discriminatoria de organizar dos filas (…) dicho accionar no será aceptado y las agrupaciones (…) quienes solicitamos la inmediata intervención en su carácter de rectora y a través del Consejo Superior se arbitren los medios para solucionar la problemática”, subraya el texto.
La carta menciona que en los albergues del Campus viven unos 400 estudiantes que cursan en las distintas facultades de la regional Posadas (Humanidades, Exactas y la Escuela de Enfermería) y “todos tienen los mismos derechos y obligaciones a utilizar el comedor”.
La nota lleva la firma de todos los delegados estudiantiles de las distintas agrupaciones que conviven en Humanidades.
La explicación oficial
Como la compra de víveres se hace por licitación, el trámite demora más o menos tres semanas. El año pasado, en el último pedido de carnes, se hizo un sobrepedido, de mutuo acuerdo con proveedores. De ese modo se esperaba garantizar la provisión de este año con el remanente que no se entregó, hasta tanto se avanzara en la nueva licitación. Lo mismo se hizo con el pan. Para la compra inicial, el Rectorado habilitó que sea directa para verduras y alimentos secos.
Se estimaba que las porciones iban a ser para 400 alumnos pero, según la explicación oficial del secretario de Asuntos Estudiantiles de Económicas, Dardo Emanuel Barrios, las demás facultades entregaron la lista de sus becarios apenas horas antes de que arrancara el servicio, y eso superó toda previsión; no obstante, recalcan, la comida no faltó.
Con sistema biométrico
Se espera que antes de que concluya el primer cuatrimestre se implemente un sistema biométrico para organizar el servicio de comedor universitario.
El proyecto, presentado el año pasado desde Bienestar Estudiantil para mejorar las condiciones de atención de los alumnos en el comedor, obtuvo el financiamiento de la Nación y ahora hay que sentarse a estudiar su implementación, según confió a PRIMERA EDICIÓN la decana de Económicas, Myriam Beretta.
El total del presupuesto sobre el proyecto ganador será compartido con el Rectorado, por lo tanto todavía no hay cifras sobre cuánto se destinará. Por el momento se debe cumplir los pasos legales, habilitar una cuenta bancaria específica donde se realiza el depósito, se lo utiliza y luego se hace la rendición.
“Si bien se trata de fondos no reintegrables, hay que hacer la rendición sobre lo realizado”, aclaró la decana.
Hay que prever la cantidad de gente que ese sistema puede registrar, porque ahora se está conteniendo a más de mil alumnos que comen y esa cifra será mayor cuando comience la actividad plena en el campus.