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Un hombre que cumple condena en el Penal de Oberá será quien le donará el riñón a Mónica Nacimento, una humilde madre de cuatro hijos oriunda de Salto Encantado, que desde hace siete años se realiza diálisis tres veces por semana.
No son parientes. Fue un acto de solidaridad y su correspondiente agradecimiento lo que permitió que se conocieran en 2013.
Según recordó Mónica a PRIMERA EDICIÓN, por ese entonces “estaba internada, muy mal, y necesitaba donantes de sangre. La verdad es que tengo 16 hermanos pero ninguno de ellos me ayudó. Entonces, la médica Miriam Nuñez le recomendó a uno de los hijos del que era mi esposo que se fuera al Penal de Oberá y hablara con el director porque muchas veces los internos donaban sangre y así fue, conseguimos los donantes. Por eso, cuando me recuperé fui a la cárcel a agradecer a este hombre que tanto me ayudó. Así lo conocí y desde entonces entablamos una amistad entre las familias, su esposa e hijos viven en mi pueblo y nos ayudamos permanentemente. A él lo veo menos porque no es tan fácil ir hasta la cárcel de Oberá, pero mantengo permanente contacto con su familia. Yo le consigo cartones y papeles que me dan en la clínica donde me dializo y su señora lleva a la cárcel para insumos de las artesanías y, a su vez, ella me trae artesanías para vender. Así, tratamos de ayudarnos mutuamente, siempre nos juntamos a tomar mate y comer todos juntos”, contó.
En 2014, un año después de donarle sangre, el hombre le ofreció donarle un riñón por lo que se hicieron los respectivos estudios para establecer si hay compatibilidad. “Estos estudios se mandaron al IOT de Posadas, donde me harían el trasplante de riñón, y dieron un 80% de compatibilidad por lo que puede donarme el riñón”, aseguró Mónica.
“Siempre les hablo a mis hijos sobre los prejuicios, la verdad es que sé que este hombre cometió un delito (cumple una condena por homicidio y estará preso hasta 2022) pero yo encontré en él y su familia la contención que no encontré en mi propia familia”, admitió la mujer.
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La necesidad de contar con una casa
Paradójicamente, pese a tener potencial donante del órgano, el trasplante no se concretó hasta el momento porque la paciente no cuenta con una vivienda de material o, al menos, una habitación de material para ella sola pues no podrá compartir el dormitorio con sus hijos luego del trasplante.
Mónica vive en el barrio Santa Teresita, muy cerca de una tapicería, junto a sus cuatro hijos. Su ex esposo, tarefero, le pasa lo que cobra por asignación por hijo pero no percibe este beneficio en forma regular, solo cada vez que lo fichan. Por ello, la mujer y sus hijos -de 9, 11, 16 y 19 años- sobreviven con el dinero de la pensión por discapacidad a nombre de la jefa de hogar. Su salud no le permite trabajar en forma regular por lo que la familia vive con lo justo y a veces no llega a cubrir lo más necesario.
“Necesito una casa mejor que la mía o, aunque sea, una pieza de material para mí. Mi casa actual es de madera y piso alisado, no está en muy buen estado. Hace un año, saqué un préstamo de la ANSES para poder poner un techo de zinc porque nos llovía por todos lados. Gracias a eso, ya no hay goteras cuando llueve. Tengo un baño porque la Municipalidad de Aristóbulo del Valle me hizo un sanitario”, precisó.
En la actualidad, Mónica comparte habitación con sus dos hijos más chicos pero sabe que tiene que tener una habitación para ella sola al momento de hacerse el trasplante, “la asistente social me explicó que no puede dormir otra persona en la misma habitación después que me haga el trasplante”.
Mónica sueña con el trasplante para poder mejorar su calidad de vida, “me gustaría poder volver a trabajar; hasta hace poco, pese a que tenía un catéter en el cuello, trabajaba para no tener que pedir a nadie. Pero cuando mi salud empeoró y ya no pude trabajar tuve que ir a Acción Social de la Municipalidad para pedir ayuda porque mis hijos van a la escuela y necesitan que les compre libros, cuadernos, mochila, zapatos…”.
Gestiones ante el IPRODHA
Asesorada por los empleados municipales, Mónica realizó hace ya un año atrás las gestiones ante el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (IPRODHA) para que le construyan una casa o, por lo menos, una habitación extra de material. Hasta el momento no obtuvo respuesta.
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“Para mí es muy importante contar con condiciones habitacionales porque sino no podré acceder al trasplante de riñón que me permitirá mejorar calidad de vida”, destacó la mujer.
Aunque, sin dudas, su necesidad más importante es la vivienda, Mónica señaló además que en este momento también le preocupan que sus hijos no tienen zapatos, ropa y elementos escolares para comenzar el ciclo lectivo.
Cómo colaborar
Para aquellos que quieran colaborar con Mónica Nacimento y sus hijos pueden comunicarse al 3755-282527. El acceso a una vivienda de material es una condición necesaria para acceder al trasplante.