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Unir en un solo día los principales atractivos históricos de la región, enlazados en el pasado jesuítico compartido por Argentina, Paraguay y Brasil. Ése es el objetivo trazado por impulso de la Secretaría de Turismo de Itapúa y el Ministerio de Turismo de Misiones con el lanzamiento de un circuito armado como paquete para ofrecerlo como destino turístico en las ferias internacionales.
La primera “prueba piloto” se realizó en enero pasado y llevó a una comitiva de periodistas y operadores turísticos desde la costanera posadeña, pasando por la Misión de Santa María la Mayor, el Parque Temático de la Cruz de Santa Ana y la Misión de San Ignacio Miní, para luego trasponer el río Paraná por Puerto Maní hacia Bella Vista y visitar las reducciones de Jesús de Taravangué y Trinidad, antes de llegar a Encarnación y desde allí retornar a Posadas a través del puente internacional San Roque González de Santa Cruz.
Seis países de Sudamérica oficializaron en 2016 su proyecto de ruta jesuita conjunta con fines turísticos. Además de Argentina, Paraguay y Brasil, se sumaron Uruguay, Bolivia y Chile. Esperan financiación del BID.
Olga Fischer, secretaria de Turismo del departamento de Itapúa y principal impulsora de la Ruta Jesuítica en Paraguay, recordó a PRIMERA EDICIÓN que la idea de un circuito turístico internacional a partir de las huellas jesuíticas en la región “es un largo trayecto trabajado en los últimos años integrando a los sectores público y privado, y a cada uno de los países que lo componen, los cuales a su vez ya tienen un fuerte trabajo desarrollado durante varios años individualmente”.
“Los atractivos están desarrollados, lo que falta es la integración específica, con directivas políticas. Y eso va a llegar pronto, porque el ministro (ahora secretario de Turismo de Argentina, Gustavo) Santos está muy interesado en el tema”, se esperanzó Fischer.
En ese sentido, sin embargo, el principal escollo es la cuestión fronteriza, ya que la única vía de comunicación directa y válida para armar un circuito jesuítico entre el Nordeste argentino y el Sur paraguayo es el puente Posadas-Encarnación.
De hecho, la presentación experimental del pretendido Circuito Integrado Binacional de las Misiones Jesuíticas se vio frustrada en su segunda etapa precisamente por la falta de conexión rápida entre ambas orillas, ya que no se pudo abordar a tiempo la balsa prevista desde Misiones a Paraguay.
“Tenemos que buscar nuevos pasos y también las formas de agilizar el único que hay: no le podés explicar a un turista que tiene que esperar tantas horas” para cruzar entre Posadas y Encarnación, remarcó la funcionaria.
Además, “hay que salir a buscar los mercados especializados, determinar hacia qué sectores apuntamos -universitario, educativo, familiar- y establecer acciones específicas. La ruta jesuítica se complementa también con toda la oferta existente a la par, como el turismo de naturaleza y aventura que está muy bien desarrollado en Misiones y, en el caso de Paraguay, más orientada al turismo de playa y la ruta yerba mate”.
El impulso de la ruta jesuítica en Itapúa es mucho más fuerte porque esta región es un destino prioritario -si no el más importante- de Paraguay; ni comparación con Misiones en el contexto de Argentina, donde hay otras muchas alternativas”.
Olga Fischer, secretaria de Turismo de Itapúa.
Según explicó a este Diario el subsecretario de Marketing y Promoción del Ministerio de Turismo de Misiones, Oscar Degiusti, “desde hace muchos años, la Ruta de los Jesuitas era prácticamente lo único que se hacía en conjunto entre los tres países. Hace un tiempo, en Paraguay decidieron rescatarla como lo único que tenían para ‘vender’ internacionalmente tras la contaminación del lago Ypacaraí, pero en Brasil lo poco que queda de ese trabajo es el trabajo de un exfuncionario que, ahora como empresario, lo empieza a explotar”.
“Argentina venía poniendo en valor (las reducciones abiertas al público: San Ignacio, Santa Ana, Loreto y Santa María) con el espectáculo de imagen y sonido, un nuevo centro de interpretación… Y ahí empiezan a aparecer demandas de algunos municipios que quieren reflotar las suyas, como Concepción, Candelaria y Corpus. Al mismo tiempo, algunas agencias privadas empiezan a incorporar a su oferta tours y en general el sector privado está empezando a pensar alternativas. Pero una cosa es hacer una ruta y otra venderla”, advirtió.
Es que, en coincidencia con el diagnóstico de Fischer, el funcionario misionero remarcó que “la monumentalidad de las reducciones no se ve materializada en un turismo masivo por diversos motivos, fundamentalmente las dificultades de conectarse a través del puente Posadas-Encarnación y la lejanía de los sitios brasileños”.
Pero, además, hay otro problema de fondo según Degiusti: “Para el que le gusta la historia, un circuito como éste es incomparable, pero para el común de la gente, una vez que viste una reducción, el resto sería más de lo mismo”.
Venimos trabajando en la puesta en valor de las reducciones y buscando darles atractivos diferenciales, mientras el sector privado está empezando también a pensar alternativas. Pero una cosa es hacer una ruta y otra venderla”.
Oscar Degiusti, subsecretario de Marketing y Promoción Turística de Misiones.
Por eso, reveló, “en algún momento se había empezado a pensar en cómo diferenciar cada una (los ingenieros hidráulicos de Santa Ana, la primera imprenta de América en Loreto, cuya réplica está ahora en Santa María la Mayor), como para romper con esta cuestión de la homogeneidad, que afecta mucho como atractivo”.
“Y queda pendiente el rescate de la Santos Mártires del Japón, inundada en la selva, que precisamente ése sería su gran valor, junto al mito de los tesoros jesuíticos que en su momento atrajo a tantos buscadores”.
Lo cierto es que, por ahora, todos son proyectos y acciones puntuales de promoción. Pero el desafío está en marcha.