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Se elevó a juicio oral, durante las últimas horas, la causa donde un militar retirado de 60 años está imputado por el abuso sexual de la hija menor de un amigo, indicaron fuentes del caso.
La investigación del hecho, que fue denunciado a principios de 2018, fue cerrada semanas atrás por el juez de Instrucción 4 de Apóstoles, Miguel Ángel Faría, quien corrió vista a la Fiscalía, que a su vez realizó el requerimiento a mediados de diciembre pasado. Finalmente y luego de la feria judicial el magistrado firmó la elevación.
Ahora el sexagenario, quien se encuentra detenido, deberá sentarse como acusado ante un tribunal por el aberrante episodio.
La calificación con la que llegará a esa instancia será la misma con la que le dictó prisión preventiva el juez Faría, es decir “abuso sexual con acceso carnal y amenazas en concurso real”. De acuerdo al Código Penal, siempre y cuando sea hallado culpable, puede recibir hasta 20 años de prisión.
Confianza quebrada
Según los datos que surgieron durante la investigación, el militar retirado era amigo del progenitor de la víctima, una pequeña de diez años. En varias ocasiones y conforme a la confianza existente, la menor quedaba al cuidado del acusado, quien habría aprovechado para cometer el abuso.
Pasado un tiempo del ataque, fue la misma nena quien rompió el silencio. No lo hizo ante su padre, quien estaba a cargo de su crianza, sino a través de un diálogo que mantuvo con una cuidadora.
Fue esta mujer, contratada para estar un tiempo con la menor, quien la habría aconsejado acerca de cómo protegerse de posibles abusos.
Fue por ello que la víctima se quebró y decidió hablar, para manifestar que había sido abusada por el amigo de su padre, tal como lo ratificó en su testimonial.
Pero detalles aún más escabrosos acerca de los vejámenes que sufrió la menor llegaron a oídos de las autoridades del Poder Judicial y profesionales de la salud cuando se concretó la Cámara Gesell.
Fuentes consultadas, en su momento, por PRIMERA EDICIÓN, precisaron que la nena habría referido que el agresor la ató de pies y manos y que luego la amordazó, con el objetivo de que no gritara, para someterla a los tormentos. Seguidamente, habría recordado que la colocó de espaldas y la abusó por vía vaginal y anal, señaló la misma fuente. Esta situación fue ampliada con la con los resultados de los exámenes ginecológicos.
En el intento para que la menor no delate al acusado, éste la amenazó de muerte: “Te voy a matar si contás algo”.
Una vez que la cuidadora le comentó el calvario de la niña a su padre, se activó la denuncia penal.