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A Fiorella Itatí Aghem la encontraron con la cara destrozada, con un cable sujetado el cuello y tirada boca arriba entre las malezas de una plantación de yerba mate a diez kilómetros del centro de San Vicente, a diez kilómetros de su casa, lejos de los brazos de su madre Mercedes, ya sin chances de volver a la facultad, a estudiar con sus compañeras, a terminar el tercer año del profesorado de Lengua y Literatura, a besar a sus tres hermanos menores.
El olor a la descomposición de sus restos alertó a un colono que fumigaba y cortaba los yuyos de la chacra, cuatro kilómetros alejada de la ruta nacional 14.
A las 11.30 y a dos kilómetros de allí una cuadrilla de efectivos de la Unidad Regional VIII y de la respectiva división de canes, se acercaba hacia ese punto que estaba dentro del área del rastrillaje iniciada el sábado, al día siguiente que la ausencia de Fiorella ya era pánico y temor por el desenlace macabro.
Pero una hora antes de producirse el hallazgo, el presunto autor del femicidio ya estaba camino a una celda de San Vicente. Investigadores policiales lo detuvieron por orden del juez de Instrucción 3, Gerardo Casco, apenas cruzó el río Uruguay en El Soberbio.
El hallazgo de presuntos rastros de sangre en su camioneta Ford Ranger, la misma que utilizaba para transportar sus potentes parlantes “tunning”, y que fue secuestrada de su vivienda familiar, ampliaron las sospechas sobre su relación con el crimen. Además de una denuncia por violencia que la víctima había presentado en su contra horas antes de desaparecer.
El empleado del yerbal dio aviso a sus patrones y a la policía. De inmediato se alertó al equipo de búsqueda de la joven y en pocos minutos el propio juez de Instrucción de San Vicente también se topó con la imagen menos deseada, la más repulsiva de todas, la de la muerte violenta de una joven que no pudo defenderse, que su último intento de nada le sirvió, que la presentación policial de lo que temía le pasara se concretó inclemente, con ensañamiento.
Junto a ella quedó su teléfono celular, que también fue derivado a especialistas para su análisis profundo para establecer sus últimos pasos, mensajes y llamadas.
El juez Casco ordenó que el cuerpo viaje a Posadas, a la Morgue Judicial, para que la autopsia determine la causa de muerte, en varios motivos importantes, para despejar los rumores y versiones que corrían y cambiaban ayer a la velocidad de los datos digitales por internet.
“Lo único cierto hasta ahora, y que nos partió el alma, es que la mataron, que nada indica lo contrario, que no se suicidó”, remarcó una fuente indubitable a PRIMERA EDICIÓN ayer en plena siesta cuando se replicaban versiones de apuñalamiento y hasta que el sospechoso lo habría confesado.
“Lo vi entrar a la Unidad Regional (VIII) con tranquilidad, no parecía ni consternado o nervioso por quebrarse o llorar”, lanzó otra de las voces confiables a este Diario en dirección al joven detenido de 22 años y experto en electricidad cuando llegaba desde El Soberbio esposado y al tanto de lo que habrían de imputarle.
El joven tenía una prohibición de acercamiento a Fiorella Aghem. Resta saber si estaba notificado de ella. Lo que sí sabía a la perfección, y no lo habría respetado, es que ella no lo quería volver a ver, que sus celos se tornaron obsesión y que su familia estaba asustada. La misma que durante tres noches no durmió.
Ayer al mediodía Mercedes Beatriz Pereira Gómez fue internada, la llevaron de urgencia al hospital SAMIC, su corazón estuvo a punto estallar cuando un familiar le confirmó que en el yerbal yacía una muchacha con la misma ropa que fue vista Fiorella el jueves, que estaba muerta.
Reacciones
La conmoción en San Vicente fue profunda, los rumores a través de mensajes de celular y redes sociales generaron confusión.
Muchos remarcaron que Fiorella murió apuñalada y que el detenido había confesado su macabro crimen ante los policías que lo custodiaban.
Lejos de la verdad, también se señaló que el padre de la víctima fatal sufrió un brote de psicosis y pidió hacer cobrar venganza con la misma moneda. Idas y vueltas de versiones que generaron malestar sobre el dolor que ya se manifestaba insoportable e incurable con el peor final confirmado.