A medida que pasaron las horas, más detalles se fueron conociendo del terrible final que tuvo una beba de once meses en el barrio Lindstrom de esta ciudad. El viernes la habían llevado al hospital SAMIC, ya sin vida. Presentaba fractura de cráneo y signos de laceraciones. Por lo que se pudo saber, antes de morir, los llantos de la pequeña resonaban en toda la cuadra.
Desde la Justicia se ordenó la detención del padrastro, un joven de 19 años, y que la madre de la niña, una adolescente de 15, fuera demorada, como así también el tiastro de la beba, un menor de 14 que vivía con ellos en la misma casa.
Una de las vecinas se había alarmado por los llantos de la beba, en clara señal que algo le sucedía. Pero lo que no podía saber era si ella lloraba por hambre o porque estaba sufriendo maltratos.
PRIMERA EDICIÓN pudo charlar con la mujer que, preocupada, se acercó hasta la vivienda a preguntar qué pasaba. “La criatura hace días que venía llorando”, dijo la vecina, quien prefirió no dar su nombre.
“El jueves a la tarde me fui a consultar por qué lloraba demasiado esa nena. Quise saber si ella estaba enferma o si necesitaban algo, si les podía ayudar, pero me miraron nomás y no me respondieron”, afirmó.
La pareja y el tiastro de la beba hacía apenas un par de semanas que habían llegado a alquilar en esa vivienda. “Como no me hicieron caso, vine nomás a mi casa. El viernes, mi marido me comentó que la nena siguió llorando todo el día. Después, a la noche, me enteré que ya estaba muerta”.
La vecina indicó que, según comentarios, la familia no tenía el mínimo sustento: “Ellos comían arroz con papas y a la nena le daban té de naranja, pero no pude saber más nada de cómo era el día a día en esa casa. Los hermanos vivían peleando. Un domingo, el más grande agarró la moto, salió a correr al más chico y le pegó”, contó.
“Es una lástima lo que pasó. Si ellos hubieran pedido ayuda por alguna necesidad, acá hay muchos vecinos que podían haber hecho algo. Inclusive tienen un pariente al que le podían haber pedido leche o mercaderías para dar de comer a la bebé. Es muy triste todo”, cerró.
Ingresó sin vida
Cerca de las 23.30 del viernes, la médica pediatra de guardia del SAMIC cumplió el protocolo previsto y dio aviso a la Policía acerca de una bebé que llegó sin vida al nosocomio.
Cuando revisó a la niña notó que presentaba fractura de cráneo, golpes en la cara y en otras partes del cuerpo, una marca similar a la infringida por una varita o un cable en la zona de la espalda, más cerca del cuello, como así también lo que parecía ser una quemadura de cigarrillo en la pierna. Revisaron la historia clínica de la niña y confirmaron que el 31 de enero pasado ya había sido atendida por una fractura de un hueso de la cabeza, que se habría producido en un siniestro vial, al salir despedida del vehículo.
Elementos para la causa
Peritos de Criminalística de la UR-II realizaron las primeras diligencias en la vivienda de la calle Mora. Allí secuestraron varitas hechas con tallos de plantas, cables y prendas de vestir con manchas color escarlata, las cuales iban a ser periciadas para determinar si se trataba de rastros de sangre de la niña. Todas las actuaciones fueron ordenadas por la jueza de Instrucción 1 de Oberá, Alba Kunzmann de Gauchat.
Se aguarda que en las próximas horas comience la indagatoria al padrastro y que la madre también declare acerca de qué fue lo que ocurrió con su hija el último viernes. En principio, la causa está caratulada como “homicidio agravado por el vínculo”.
Autopsia
Tras efectuarse la autopsia forense al cuerpo de la beba de once meses, se pudo determinar que la causa de muerte fue “politraumatismo grave de cráneo y paro cardiorrespiratorio”.