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Miguel Gustavo Luna, maestro, luthier y músico, nació en Fernández, Santiago del Estero, reside en Buenos Aires, pero tiene en su corazón un enorme espacio para la tierra colorada. Es que fue allí donde, además de casarse con una misionera, forjo una gran amistad con músicos de la provincia como el Chango Spasiuk, los Hermanos Nuñez, Martín Rivero y Lucas Augusto, entre otros.
En diálogo con este Diario el acordeonista indicó que comparte su pasión por la música litoraleña con artistas de la región, y que estos depositan su confianza en él para la reparación y puesta a punto de sus instrumentos.
Cada año elige Misiones como un lugar “para conectarse con la naturaleza, con los paisajes y fundamentalmente con la gente de esta tierra”. Así aprovecha cualquier reunión para desenfundar su fuelle y alegrar la reunión.
En sus primeros pasos por la capital misionera fue invitado al programa “Expresión Regional Chamamecero”, conducido por el recordado Adelio Suarez, donde conoció el talento de varios artistas, entre ellos a los hermanos de Campo Viera, Juan y Marcos Nuñez, con quienes inició una linda amistad que perdura.
Lleva más de 20 años como luthier y como músico comenzó desde muy pequeño a experimentar con un grupo que se llamaba “Gustavito Luna y su conjunto Amambay”.
Actualmente transita el camino de la música con la verdulera de su abuelo, Julio Felipe Luna, un gran acordeonista que animaba las fiestas populares en los obrajes ubicados a las afuera del pueblo. Es el mismo instrumento que acompañó en varias oportunidades al misionero Chango Spasiuk en los escenarios más importantes del país.
El luthier cuenta que por su profesión posee una importante galería de acordeones, que va desde el sistema italiano al ruso y todas las distribuciones que son de México y Colombia.
Pero la verdulera de su abuelo de cien años, es como uno de los tesoros más preciados, precisamente por el valor afectivo.
Hace tres años que Luna forma parte de un proyecto en su pueblo natal. Se trata de un desfile que realizan por el aniversario de Fernández.
Allí se reúnen cientos de artistas de distintas edades que deleitan al público con un gran espectáculo de música y baile.
Más adelante Luna se refirió a las nuevas generaciones de músicos como “grandes artistas”.
“Me parece que lo hacen con mucho respeto, y es bueno que la música vaya creciendo. Es importante que los que estamos ya desde antes los respetemos porque ellos vienen con un empuje que en muchos casos supera a nuestra generación, ellos le dan un toque diferente”, reflexionó.
“Eso paso en todos los géneros tanto en el rock and roll, en la cumbia, en el chamamé, le van dando una impronta y eso está bueno y tenemos que apoyarlos, porque son niños muy virtuosos que van fusionando géneros, lo que vuelve todo más atractivo” finalizó.