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Al parecer la decisión de no jugar el próximo torneo de la Primera B provocó en los últimos días que los dirigentes, simpatizantes y jugadores del “felino” sacaran a relucir la pasión guardada por uno de los clubes más tradicionales del fútbol misionero.
Tigre, que en la década del noventa y mediados del 2000, fue el estandarte del fútbol misionero en el Torneo del Interior y Argentino B, revisó la decisión, que parecía irreversible primero, y quiere seguir jugando.
La semana pasada el club de Santo Pipó, en el cual la familia Pigerl tiene gran ascendencia, había presentado una nota en la Liga para no jugar en el primer semestre.
“El fin de semana hubo algo así como una revolución. Se acercaron varios hinchas y amigos del club. Incluso ahora sumamos unos cien socios, que decidieron que Tigre siga jugando en la Liga. Por ello ya hablé con Nelson Castelli, el presidente de la Liga, para decirle que íbamos a seguir y él nos pidió que presentemos una nota”, expresó ayer emocionado Dante Pigerl.
Tigre, que debía afrontar el certamen en la Segunda posadeña, sufría de la falta de compromiso, uno de los factores que llevó a tomar la decisión de bajarse. Sin embargo, aquello parece haber cambiado en las últimas horas.