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“Mañana vas a morir”, fue lo último que escuchó la hija de seis años de Yanina Andrea Benítez (24) durante la noche del viernes 17 de octubre de 2014 en la vivienda que alquilaban en el barrio Unido de Garupá.
Y la niña lo comprobó pocos minutos después, cuando el concubino de su madre abandonó el inmueble dejándola encerrada y con su madre sin respiración.
La macabra secuencia será debatida en juicio oral y público a partir del martes 9 de abril ante los integrantes del Tribunal Penal 2 de Posadas y tendrá como acusado de “femicidio” a Eduardo Alberto Gauna, hoy de 28 años.
El hecho se recuerda teñido de macabro por el sometimiento a la víctima a reiteradas amenazas y que, una vez cumplidas, incluyeron el encierro de la pequeña junto al cadáver y el secuestro del bebé de ambos.
La imputación formal del caso es “homicidio calificado por la convivencia”. Desde diciembre de 2012 y de acuerdo a las circunstancias que detalla el Código Penal, también se lo señala como “femicidio”, con una posible condena a prisión perpetua.
Gauna lleva preso poco más de cuatro años y cinco meses y ahora enfrentará los tres días previstos de debate oral en los que podrá defenderse de las acusaciones pero que, de acuerdo al expediente, no le será un trámite fácil, ya que entre las pruebas y evidencias en su contra resuena el testimonio de la hija de Benítez, testigo directo del crimen.
El asesinato de Yanina Andrea Benítez (24) ocurrió durante los últimos minutos del viernes 17 de octubre, casi ingresando en la víspera del Día de la Madre del domingo 19, en una vivienda de calle Brasil entre Paraguay y San Lorenzo en el barrio Unido de Garupá.
Gauna y Benítez acarreaban una relación de pareja de poco más de dos años y habían sido padres de un bebé. Pero Gauna se habría tornado un sujeto violento, que pasó de la agresión verbal a los golpes en pocos meses.
Fue una discusión el preludio del fatal desenlace luctuoso. La habría tomado con sus manos del cuello a Yanina hasta asfixiarla, hasta que dejó de respirar. Después de estrangularla la arrastró hacia la habitación donde dormía su hija, fruto de un concubinato anterior de Benítez.
Tomó las llaves de la casa y al bebé de pocos meses y huyó hacia la casa de sus padres también en Garupá.
Dejó gritando y llorando a la menor sin que nadie la asistiera hasta que ella, con sus pocas fuerzas, rompió una ventana y corrió a la casa de su abuelo materno por auxilio.
A las 11 de la mañana Gauna se presentó ante la policía con el bebé en brazos y quedó detenido.