

Todavía es un misterio cuál de los 80 mil vecinos de Villa Cabello, uno de los barrios más populares de esta ciudad, es el ganador del pozo millonario que repartió el Quini 6 el último domingo o si es de allí incluso.
El afortunado acertó los seis números del tradicional juego, en su variante “La Segunda del Quini”, y se llevó la suma de 10.009.749,77 pesos, ya que tuvo que compartir el premio con otro apostador de Arroyo Seco (Santa Fe) que jugó la misma combinación: 05-06-09-10-18-32.
La jugada del ganador misionero se realizó en la Agencia 208, de Juan Manuel Vignolo, en el local 9 del Centro Cívico de la chacra 149, en la Zona Oeste de Posadas.
Uno de los cinco empleados del lugar, Sergio Gaspar Benítez (37), confirmó ayer en diálogo con PRIMERA EDICIÓN que el boleto se vendió entre el miércoles y el sábado a un hombre, cuya identidad no trascendió y que hasta anoche no se había presentado a reclamar su premio.

Uno de sus compañeros, Cristian Mieres, dio algunos detalles más al programa “Primera Plana” de la FM 89.3 Santa María de las Misiones, aunque sin “deschavar” al ganador: apuntó que éste es “cliente habitual” de la agencia y siempre jugaba la misma boleta.
La 208 “trae suerte”
Tanto Mieres como Benítez recordaron tres antecedentes de premios millonarios en la misma agencia, aunque todos del ámbito local. Sergio, quien desde hace ocho años trabaja allí, fue testigo de esos tres “plenos” en la Quiniela Poceada Misionera: durante 2018, dos mujeres fueron las afortunadas (un ama de casa que ganó más de 3 millones el 29 de marzo y otra apostadora que cobró más de un millón de pesos el 13 de agosto) y, en enero pasado, “yo mismo le vendí el billete ganador a un jubilado”, detalló Sergio.
Ese miércoles 16, el apostador “eligió los números al azar y ganó más de 2 millones”. Luego del sorteo, el jubilado regresó a la agencia y lo abrazó. “Fue un momento emotivo”, describió.
Cada vez que gana alguien, “me pone feliz. Y quiere decir que es cierto que se puede ganar”.
Según Benítez, la Agencia 208 tiene casi 30 años de trayectoria y es conocida como de “buena suerte”. Los apostadores la eligen y “llegan desde distintos lugares”. De hecho, muchas personas, al ingresar al local, le dicen a los empleados: “Vengo de lejos, por favor dame suerte”.