
En el marco del Día Mundial del Parkinson, especialistas de la medicina compartieron algunas apreciaciones de la enfermedad que afecta a un gran número de personas en Misiones y en toda la Argentina. Destacan la importancia de contar con un trabajo interdisciplinar entre los médicos clínicos, neurólogos y kinesiólogos para lograr un diagnóstico temprano que permita iniciar el tratamiento cuanto antes.
El responsable del Sector de Kinesiología y Rehabilitación del Hospital Madariaga, Roberto Gisin, detalló que “el Parkinson es una enfermedad crónica que va avanzando y requiere un tratamiento para su rehabilitación de manera continua desde el momento del diagnóstico del paciente hasta prácticamente el resto de su vida”.
En materia de atención médica, aclaró que “es un acompañamiento del paciente en cada período pero no es curativo aunque contribuye en gran medida a mejorar la calidad de vida de la persona. Por ese motivo es importante la consulta tanto con los neurólogos como con los profesionales de rehabilitación para trabajar en equipo. En el caso del Parkinson, es necesario ver la evolución diaria del paciente e instaurar un tratamiento adecuado”.
Por su parte, una de las integrantes del equipo de Kinesiología, la licenciada Fabiola Raffin, explicó que “cada uno de los pacientes con Parkinson tiene su particularidad y un entorno que lo acompaña. Ese aspecto es el que hay que aprender a manejar porque no es una rehabilitación sencilla y las personas pasan por un montón de alteraciones en las actividades de la vida diaria, desde comer en adelante. Son todas cuestiones básicas pero que a ellos les comienza a costar cada vez un poco más”.
Particularidades
Se conmemoró ayer el Día Mundial del Parkinson y el neurólogo del Hospital Madariaga, Hugo Solís, destacó que “se celebra el natalicio para quien puso las bases del estudio de la enfermedad, James Parkinson, un cirujano inglés de 1817, que tras observar tres casos pudo describir sus principales puntos: la lentitud al iniciar los movimientos, lo que denominamos bradicinesia, donde el paciente nota que le cuesta el movimiento de los dedos; luego está la rigidez al momento de explorar las articulaciones; además del temblor que, si bien es el síntoma que más se denota, no es el más importante”.
Esta enfermedad, “tiene un comienzo asimétrico, se da primero de un lado del cuerpo. En el caso de presentarse en ambos sectores hay que sospechar de otro diagnóstico. Otros trastornos que tiene son en la postura o en el equilibrio. Es crónico, degenerativo y es la segunda en frecuencia después del Alzheimer. Todavía no tiene cura pero sí un tratamiento a seguir para desarrollar una vida mejor. Actualmente hay importantes avances en cuanto a terapias modificadoras de la enfermedad, lo cual brinda un panorama optimista de que en años venideros se presentarán resultados muy importantes de las investigaciones realizadas”, añadió el médico.
La situación en la provincia
Hugo Solís comentó sobre el sistema de atención médica local: “En el Hospital Madariaga tenemos muchos pacientes con la enfermedad de Parkinson y se están haciendo los mismos tratamientos que en todo el mundo. En Argentina se calcula que existen entre 80 a 100 mil casos, donde lo importante es diagnosticar lo antes posible para iniciar el tratamiento”.
Respecto a la capacidad de rehabilitación en el centro de salud, el neurólogo aseguró que “estamos en la media, donde es muy importante el trabajo de las primeras líneas con los médicos generalistas quienes tienen el primer contacto con el paciente. Luego que pasan por la consulta y existe un diagnóstico tratamos cuanto antes de intervenir”.
En cuanto a los casos que se presentan, Solís aclaró “hay distintos espectros donde, si bien lo más frecuente es su aparición en personas que rondan los 60 o 65 años, tenemos pacientes jóvenes de unos 30 años con enfermedad de Parkinson”.
Asimismo, indicó que la rehabilitación “no es un camino recto sino que puede tener distintas curvas e instancias. Algunos pacientes tienen una evolución mucho más lenta de la enfermedad y donde, si bien ésta deja sus marcas, están bastante bien. Otros en cambio presentan un ritmo más acelerado. También es importante contar con un abordaje de un equipo interdisciplinario donde aparte del neurólogo, tiene que estar el médico fisiatra, el kinesiólogo, fonoaudiólogo, es un conjunto de profesionales que permite aportar todo lo que necesita el paciente”.
Por otra parte, existen algunas actividades complementarias que colaboran a mejorar la calidad de vida de las personas diagnosticadas con este mal. “Hemos notado por ejemplo que pacientes que bailan tango, de alguna manera, obligan al cerebro a pensar distinto los actos motores y ayudan en gran medida como parte del tratamiento a la enfermedad de Parkinson”, contó Hugo Solís.