La crisis se tornó tan profunda, en distintos aspectos de la economía de la Argentina, que difícilmente se puedan conocer medidas de corto y mediano plazo capaces de retomar una senda ya no de crecimiento sino de supervivencia de los argentinos. El Gobierno nacional reunió a los pocos gobernadores que le son afines partidariamente para “consensuar” (término poco habitual en el esquema presidencialista de Mauricio Macri) los anuncios que haría el próximo miércoles.
No es casual el día elegido: será el último día hábil antes del feriado de Semana Santa y, en ese sentido, Cambiemos busca el menor impacto negativo mediático y en la opinión pública. Es que, conocido esta semana un anticipo de lo que se vendrá, dirigentes opositores y economistas tienen preparadas sus críticas a los paliativos – a prima facie insuficientes- que engendra la Casa Rosada.
No es convincente para los empresarios, los mercados y, en general, para la mayoría de la gente presentar un “plan” cuando no lo hubo hasta ahora. Y en un año electoral, donde todo se vincula a campaña.
Carlos Melconian, expresidente del Banco Nación en los inicios del Gobierno de Macri, definió la política económica como el “plan picapiedras”, por las medidas arcaicas en vigencia.
Para el exministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, estamos frente a un “plan de emergencia” para llegar a las elecciones de octubre. “Necesitamos que el Gobierno revierta esta situación de desconfianza y una de las maneras de hacerlo es dialogando con todos los sectores y con la oposición”, reclamó el tucumano que se bajó de la candidatura a gobernador de su provincia por Cambiemos.
Los economistas Guillermo Nielsen, Javier Milei y Diego Giacomini advirtieron el pasado jueves que el país se encuentran en riesgo de una hiperinflación, ante el descontrol de precios, la inestabilidad del dólar con el impacto negativo hacia el peso que se genera, la falta de credibilidad en las medidas y, más aún, con el altísimo endeudamiento que tiene la Argentina.
Con ese contexto, una ampliación de precios cuidados, otro relanzamiento de un PROCREAR cuestionado, un freno a tarifas que ya se dispararon de manera exorbitante, créditos de ANSES a tasa subsidiada para reimpulsar el consumo como principales anuncios, ¿pueden resultar un paliativo?
“Plan Heladera”
“Las familias pueden palpar una mejora si funciona un `plan heladera´, donde la abrís y tenés qué comer. Hoy, la heladera de millones de personas está más vacía que nunca y, en algunos casos, ni siquiera funciona porque no pueden pagar el precio que tiene la luz”, graficó un analista sobre el impacto real que buscan los argentinos.
A esta altura de los acontecimientos, el problema que tiene el país no es político sino económico. Y a nivel macroeconómico. Ricardo López Murphy, exministro de Economía, mencionó en una entrevista radial hace pocas horas, tres ejes críticos de la gestión de Cambiemos: inflación, endeudamiento y las Leliq (letras que suplantaron a las Lebac de Sturzenegger) que son deuda encubierta y cuyo vencimiento pone en jaque las reservas del Banco Central, con las altísimas tasas que aplica la entidad para “seducir” a los ahorristas, que no bajan del 60%.
“Nuestro país no tiene tolerancia a los niveles de deuda elevadas. La deuda nos hace mal”, aseguró López Murphy y dijo que se pueden conseguir mejores resultados con menor déficit y mayor superávit pero “no lo estamos logrando”. Es decir, recortando más el gasto público.
En la reciente Exposición Argentina de Economía, Finanzas e Inversiones, Carlos Melconian advirtió que no se deben tocar las bandas cambiarias que rigen sobre el dólar por la baja capacidad de reservas efectivas que tiene el Banco Central para salir a contener el mercado financiero y evitar una espiral cambiaria.
“Es muy importante no embromar con las bandas porque Argentina tiene apenas el 20% o veintipico porciento de reservas netas para usar. Entonces no nos hagamos los guapos. Para el Fondo achicar el techo de la banda es adelantar el problema, no atrasarlo. Ellos dicen mirá si bajamos las bandas y salís a tirar tres balines y te quedas sin balas”, graficó. Así, se puede entender que el riesgo país sigue creciendo fuertemente, porque crece el riesgo de default ante tantos frentes abiertos en poco tiempo por Cambiemos a un altísimo costo financiero.
Un riesgo de no pago de los bonos, las letras del Tesoro, de los vencimientos con el FMI, abre una gran incógnita sobre el 2020 y para todo el mandato del próximo Gobierno.
Ese riesgo lo siente el mercado que se arriesgó a comprar deuda argentina. Y se expresó esta semana en la fuerte suba que tuvo el costo de los seguros contra el default de la deuda argentina a cinco años, que trepó 904 puntos y se ubicó segundo atrás de Venezuela. Su aumento va de la mano con el riesgo país.
Traducido en términos entendibles: “Se emitieron muchos bonos durante el gobierno de Macri. Hay mucha gente con bonos comprados. La caída fue tan abrupta que los fondos no han podido salir, y se cubren sorteando bonos o comprando CDS (seguros contra un default), que hace que sean cada vez más caros”, explicó Santiago López Alfaro, socio de Delphos Investment a Infobae.
Sin embargo, Macri sigue sin buscar una pronta renegociación de esa deuda a largo plazo para oxigenar las finanzas públicas. Menos aun acepta recortar el gasto político del país, como signo de entendimiento del mandato del Fondo: seguir achicando el déficit.
Inflación por encima de 2018
Congelar precios de productos “cuidados” y tarifas, no serán de mucha ayuda para contener la inflación en Argentina. El bimestre terminará con no menos del 8%. Se estima que el semestre alcance un 25% (más que la estimación de todo el año que hizo el Gobierno). Con lo cual, este 2019 alcanzaría entre el 50 y 55% en 12 meses. Cabe recordar que 2018 cerró con el 47,6%.
El propio FMI, que dicta las directrices económicas, estimó en su informe de perspectivas económicas de abril, que la Argentina llegará a un 43,7% de inflación hasta diciembre, con lo cual debería bajar al 2% mensual desde este mes y sostenerse en adelante. Algo que nadie cree que pueda suceder.
Lousteau en la disputa radical
y el plan C de la oposición
El exembajador argentino en los EEUU, Martín Lousteau se reunió con Macri. Hasta ahora, era vox populi que le iban a ofrecer la vicepresidencia en la fórmula de Cambiemos para octubre.
Pero, trascendió que el joven economista habría ido más allá, sabiendo que puede ser una figura de conciliación con el radicalismo y evitar una fuga masiva hacia Roberto Lavagna. Habría pedido ser el candidato a Jefe de Gobierno porteño, dejando afuera de la pelea a Horacio Rodríguez Larreta. La respuesta de dos hombres muy cercanos a Macri, como son Marcos Peña y Jaime Durán Barba habría sido negativa.
A cambio, le habrían ratificado el interés por sumarlo en el Ejecutivo nacional. Ahora esperan una definición de Lousteau que tiene, a su vez, la oferta de pase con los “disidentes” que propician la ruptura de la alianza gobernante.
En el peronismo, la mirada está puesta en Córdoba. Se habla ya del “plan C”, en caso que Lavagna no confirme su candidatura presidencial. Es decir, hay varios dirigentes de peso territorial que esperan el desempeño de Juan Schiaretti en las próximas elecciones del 12 de mayo.
Ante la indefinición de Lavagna, se busca una alternativa diferente a Sergio Massa (a quien quieren compitiendo por la gobernación bonaerense) y al salteño Juan Manuel Urtubey que no hacen la diferencia con Macri en las encuestas.
Más aun cuando la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner se muestra más alejada de una nueva candidatura.
Mientras tanto en Misiones…
El radicalismo misionero, a pesar de la desmentida de la diputada Anita Minder, fue a pedir la intervención nacional al partido provincial para evitar ir a internas ayer, tal como lo exigió el Tribunal Electoral misionero. Así, podrá su interventor (sería Francisco Fonseca) los nombres de los candidatos que eligió la polémica y cuestionada Convención, para participar de “Juntos por el Cambio”, alianza con el PRO y el puertismo.
Un golpe institucional que muchos dirigentes no digieren y, por ello, anunciaron su retiro del centenario movimiento. De los últimos: el edil posadeño Maximiliano Florindo, además de sus pares de Libertad, Garuhapé y Eldorado.
En el oficialismo renovador, se anunció que Carlos Arce será el candidato a vicegobernador de Oscar Herrera Ahuad. Es decir que habrá dos médicos propuestos para el Ejecutivo. “En Misiones se aprecia más que nunca la necesidad de tener una orientación política, dada la confusión que genera la crisis económica y social. Ello se refleja en las encuestas donde todas coinciden que la expresión de voluntades de dos tercios irá para el misionerismo en las elecciones del 2 de junio. En tanto que un tercio restante se dividirá entre Cambiemos y el Pays. Para el misionerismo esto refleja credibilidad, confianza y esperanza”, contó un armador de la Rosadita en coincidencia con el cierre de los sublemas el pasado lunes.
A propósito, con 851 sublemas municipales aprobados, ahora comienza la carrera por definir los nombres de las listas cuya presentación vencerá el martes 23 de abril.