Los padres, familiares, amigos y vecinos del joven de 19 años que fue encontrado sin vida en una celda de la comisaría Décimoprimera, se presentaron ayer en la seccional a pedir explicaciones por el caso.
Al menos unas 30 personas se convocaron en el lugar y pidieron hablar con el comisario a cargo. En este sentido cabe mencionar que los policías que estuvieron de guardia en la noche del jueves 25 y la madrugada del viernes 26 fueron sumariados y desplazados, como así también la autoridad de esa dependencia de la UR-X.
La madre, el padre y la hermana de Armando Román Carmona fueron recibidos por el interventor, el comisario Inspector Víctor Benegas, quien escuchó las inquietudes de la familia y los conocidos del joven.
En principio la autoridad policial explicó que el caso estaba judicializado y que él estaba de relevo en el lugar mientras la Justicia investiga las responsabilidades de los policias presentes aquella noche.
La familia relató que a través de un testigo, sabían que esa noche el joven había estado pidiendo auxilio en el calabozo y nadie de la guardia se acercó a ver qué le pasaba.
En este sentido también cuestionaron que nunca pudieron ver el cuerpo de Armando. Cuando la Policía les avisó del hecho, el cadáver ya no estaba en la comisaría, se lo habían llevado a la morgue por orden del juez Luis Fernando Verón. La autoridad policial con la que conversaban les explicó que ese era un paso que quedaba a disposición del magistrado, cuando ocurría un caso así.
Ese fue uno de los reclamos principales de la familia. Nadie les había explicado qué fue lo que había pasado. Según contaron, simplemente hicieron pasar al padre, le sirvieron un vaso de agua, le dijeron que su hijo se había ahorcado y que todo quedaba en manos de la Justicia.
Liliana, la mamá de Armando indicó a PRIMERA EDICIÓN: “Recién vengo de enterrar a mi hijo. Venimos a pedir justicia. Lo metieron preso por una pavada. Le había robado la zapatilla a una hermana. Una vecina lo vio, llamó a la Policía y lo metieron preso. Por un calzado ahora tengo a mi hijo muerto”.
Fátima, una de las hermanas de Armando también pidió justicia por su hermano. “Él entró el jueves a las 8 de la noche a la comisaría y el viernes nos entregaron su cuerpo. Vimos que tenía golpes en el cuello, en el ojo y le faltaban la punta de los dedos y las uñas”, relató a este diario.
Sobre esto último, el padre del joven, ante el comisario señaló: “Hay una persona mayor que escuchó a las 1.30 los gritos de socorro que pegaba mi hijo. Obviamente que si le cortan un dedo va pedir socorro. Media hora después que pararon los gritos fueron a ver qué le pasaba. Y si mi hijo murió a esa hora?”, preguntó.
A esto el comisario les explicó que el juez que entiende en la causa iba ser el que iba definir las responsabilidades de los que estaban en la comisaría esa noche, que la Dirección de Asuntos Internos de la Policía ya trabajaba en el caso y que por ese motivo la seccional estaba intervenida.
Muerto en la celda
Según se pudo saber, a las 6.45 se había realizado la requisa y estaba todo en orden. Sin embargo a las 8.30, Carmona ya estaba sin vida.
Entre las dudas del caso aparece la forma en la que estaba el cuerpo. Fue hallado colgado del cuello con una campera atada a una ventana, pero con los pies apoyados en el suelo.
Más allá de ello, según fuentes consultadas, la pérdida de oxígeno en el cerebro podría haber provocado que se desmayara y no ofreciera resistencia con los pies.
Carmona iba ser liberado a más tardar en la tarde del viernes, por lo cual surgen más dudas acerca de la supuesta decisión de quitarse la vida.