Ante la cantidad de casos de niños que deben permanecer internados o atraviesan enfermedades que requieren una extensa recuperación, surgió la necesidad de brindar contención educativa para no perder la escolaridad. En ese sentido, Misiones cuenta con cinco escuelas hospitalarias domiciliarias en relación directa con el sistema asistencial. Uno de los establecimientos más antiguos se encuentra en la ciudad capitalina, donde sólo en 2018 recibieron 850 alumnos y en lo que va de este año atendieron a 182 chicos, tanto en sus hogares como en sala de internación.
La directora de la Escuela Especial Nº 7 “Rodolfo de la Vega”, Norma Ptaszenczuk, explicó a PRIMERA EDICIÓN cómo funciona este servicio que sirve de puente para la reinserción escolar: “Tenemos chicos muy pequeños que están pasando por tratamientos como quimioterapia, donde es remarcable la fuerza de voluntad que tienen y las ganas de continuar su educación. Ellos por un momento logran salir de una situación de enfermedad, en la casa o internados, porque esperan a sus docentes para hacer algo. En ese sentido, se destaca la labor del docente en conjunto con el entorno”.
Este sistema educativo “atiende a los alumnos de primaria y algunos chicos de nivel inicial. En la sala tenemos chicos de cuatro o cinco años que están internados y ellos quieren hacer algo porque para ellos la escuela es un mecanismo de catarsis. Además, continúan desarrollando los contenidos de las escuelas porque no se trata de un apoyo escolar sino que se dictan los contenidos acorde al grado en que se encuentran”, añadió.
Una gran demanda
Norma Ptaszenczuk detalló “que el año pasado atendimos 850 alumnos. En lo que va del 2019, entre marzo y abril, ya suman 182 distribuidos entre los que están el Hospital Pediátrico y los que se encuentran en el domicilio en reposo con certificado médico. Para las clases, contamos con un buen nexo con las escuelas a través de una supervisión porque ahora es más fácil, ya que los establecimientos están al tanto de la situación”.
La directora de la escuela detalló que con respecto a la secundaria, “si bien hacemos algunas tutorias de casos puntuales con alumnos que el año pasado terminaron el séptimo grado, esa modalidad aún no está reglamentada en la provincia de Misiones. Ahora tenemos el caso de una nena que se traslada al Garraham, la atendimos unos días y está en primer año, pero en ese Hospital tienen primaria y secundaria para darle una continuidad. Aquí trabajamos con los gabinetes psicopedagógicos de algunas escuelas como el CEP 1, con tutorías al darnos los trabajos prácticos el equipo docente para acompañar al alumnos dentro de nuestras posibilidades, siempre pensando que el chico no pierda una escolaridad”.
El sistema educativo
El equipo docente se encarga de brindar clases tanto domiciliarias como hospitalarias. “Las maestras que atienden en el hospital vienen por turno tarde, desde las 13.45 hasta las 18, con una atención a los chicos al pie de cama. En los domicilios, al extenderse bastante la ciudad, tenemos un serio problemas con las distancias. Ahora atendemos en la zona de Garupá, también en Itaembé Guazú, Villa Cabello, San Isidro, Néstor Kirchner, que son todos barrios alejados entre sí. La metodología es dos alumnos por mañana porque además es necesario un tiempo para movilizarnos hasta sus hogares, lo cual implica un costo, así que ubicamos los docentes teniendo en cuenta su domicilio y el de los alumnos”, aclaró Ptaszenczuk.
Estar en contactos con niños que atraviesan un momento tan sensible como una enfermedad grave o una recuperación luego de un accidente no resulta tarea fácil: “Demanda un equilibrio emocional importante porque es muy fuerte y esto te marca mucho en la vida, hasta puede afectarte bastante. Además tenemos un equipo docente que es muy joven y algunas recién arrancan. Nuestra secretaria escolar cuando define los cargos siempre les dice a los docentes que no es nada fácil porque el trato es con el alumno y con su contexto familiar”, aseguró.
Respecto al contenido dictado, la directora de la Escuela Especial Nº 7 remarcó que “al estar en contacto con las escuelas de origen de los alumnos, desarrollamos los contenidos que están dando sus compañeros en el aula de manera paralela. Luego lo evaluamos y enviamos las notas al establecimiento donde las maestras de grado hacen el boletín de calificación. Sobre eso, nunca tuvimos por parte del equipo docente queja alguna sobre los chicos ni altos grados de repitencia. Sin embargo, también tenemos en cuenta la patología del chico porque es necesario adaptaciones curriculares que dependen del diagnóstico del alumno”.
Un trabajo en conjunto
Por otra parte, Norma Ptaszenczuk manifestó que “es importante la apertura del acompañamiento por parte de los profesionales de la salud, tanto de los enfermeros como los médicos, porque muchas veces son ellos los que se acercan a la escuela para solicitar el maestro para sus pacientes. Además de la creación de otras escuelas domiciliarias y hospitalarias en la provincia, que se sumaron a las que ya estaban en Oberá y Alem. Ahora se abrieron las escuelas hospitalarias y domiciliarias en Eldorado, la de Aristóbulo del Valle, San Vicente y la de Iguazú, lo cual es excelente porque sucedía que los niños que están internados cuando regresaban a sus lugares de origen se encontraban sin nada y eran muchos chicos del interior que terminaban por perder la escolaridad porque no contaban con un acompañamiento docente”.