La Capital Nacional de las Araucarias posee un importante “pulmón verde” en pleno corazón de la ciudad: el Jardín Botánico “Yvyrá Pytá”. Pero, aunque parezca extraño, este predio de tres hectáreas se transformó en una zona de conflicto y su situación trascendió las fronteras de San Pedro e involucra hoy hasta al Ministerio de Ecología de Misiones.
En las últimas horas, desde la actual comisión del Jardín Botánico, el Foro Vecinal de Seguridad de San Pedro, ambientalistas, la Asociación del Trabajadores del Estado (ATE) y vecinos salieron una vez más en su defensa, como un verdadero “tesoro verde” de la ciudad. Pese a ello, el conflicto parece lejos de solucionarse.
Un poco de historia
El municipio de San Pedro tenía tres hectáreas reservadas para “Parques y Recreos”, merced a un Decreto provincial (Nº1.897) cuya modificación data de 2004, ya que su original se inició en 1971 (Nº939). Finalmente, el 28 de diciembre de 2012 y a través del Decreto provincial Nº 2.330, los lotes 94, 90 y 139 se transformaban en áreas reservadas.
Tras varios años en el olvido, en 2015 el ingeniero del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Luis Grondona presentó una nota al Concejo Deliberante local, donde acompañaba la presentación del proyecto de la creación de un Jardín Botánico para San Pedro.
La iniciativa contó con el visto bueno de varias organizaciones civiles y ambientales, e incluso fue bien recibido por los vecinos del barrio 34 Viviendas, quienes vieron con “buenos ojos” que dicho predio de un total de tres manzanas no estaría más en estado de abandono. Con esos antecedentes, el 5 de octubre de ese año, el Deliberativo sampedrino aprobó el proyecto de creación del Jardín Botánico local.
Ya en junio de 2018, y en el marco de los festejos del mes aniversario de San Pedro, el Jardín Botánico fue bautizado con el nombre de “Yvyrá Pytá”, que en lengua guaraní se traduciría como “árbol de madera roja o rojiza” y que en castellano se identifica con la especie cañafístola.
Esta “ceremonia” de bautismo oficial contó con referentes ambientalistas, vecinos y alumnos de varios colegios primarios y secundarios que vivieron de manera especial este nombramiento, que además tuvo como corolario la formación oficial de la comisión directiva del Jardín Botánico.
Sin embargo a los pocos días, más precisamente el 26 junio del mismo año, llegó el “baldazo” de agua fría: los concejales locales aprobaban la desafectación parcial de la manzana 94 para que funcione allí un colegio privado religioso.
Esto desencadenó una andanada de críticas por parte de los vecinos, intervenciones de distintos organismos ambientalistas y el pedido de explicaciones tanto a la Comuna como al Gobierno provincial.
El conflicto recrudeció y ATE, que intervino desde el comienzo de la lucha en favor de toda la extensión de la reserva, presentó un recurso de amparo para frenar la decisión que promueve desprenderse de un espacio público y de interés para beneficiar a un sector privado. Dicho recurso no tuvo avances ni novedades hasta hoy.
Futuro incierto
Ante esta incertidumbre, el Foro Vecinal de Seguridad de San Pedro solicitó al Ministerio de Ecología de Misiones que intercediera en defensa del proyecto de Jardín Botánico. Además, los vecinos hicieron saber que la manzana 94 -donde se pretende construir la institución educativa- conserva ejemplares de araucaria, especie protegida por ley y que por lo tanto no se puede tocar ni extraer.
“Hoy observamos alarmados que se pretende saquear una importante fracción del predio original de tres hectáreas, despojando al pueblo de San Pedro de un bien público estratégico para la educación y el esparcimiento, con el fin de favorecer ambiciones privadas”, denunció en una nota firmada días atrás el presidente del Foro, Marcelino Gutiérrez.
“Tanto el intendente como el Concejo Deliberante, con una hábil jugada, han elaborado una disposición por la cual devuelven a la Provincia un tercio aproximado del predio previsto en el proyecto, para que desde Posadas le otorguen a los privados tierras que fueran antes destinadas para Parques y Recreos por decreto provincial”, protestó.
Ante la presencia de araucarias y otras especies nativas de igual valor, “apelamos al Ministerio de Ecología para que se instrumenten las acciones para que no se prive a la población de San Pedro de este valioso predio público, defendiendo así el medio ambiente”, planteó Gutiérrez en la nota enviada al titular de la cartera ambiental el pasado 25 de abril.
“Por una mejor infraestructura”
La secretaria de la actual comisión del Jardín Botánico, Mariana Arp, diálogo también con PRIMERA EDICIÓN y explicó que “el Jardín Botánico Yvyrá Pytá es un predio de tres manzanas, sobre dos de las cuales estamos trabajando y una tercera que también nos pertenece, pero que está en conflicto”.
Por ello, aunque ese tercer lote integra el proyecto original, la comisión “direcciona hoy todas las energías de trabajo para que las dos manzanas que tenemos cuenten con la infraestructura necesaria y funcionen como debería funcionar un Jardín Botánico”, explicó.
Arp recordó que “el lugar pasó por un largo estado de abandono y hoy aún no cuenta con luces, agua, cerco perimetral, centro de interpretación ni de estudio y todo lo que se hace es a pulmón y con la ayuda de unos pocos. Por eso es importante que la gente de Misiones conozca el lugar y se entere de nuestra situación”.
De igual manera, existe un ambicioso proyecto para que estas dos manzanas, en principio, funcionen como un área de protección de las especies nativas existentes en el lugar y que a la vez se convierta en un área de educación para los visitantes, que aprendan de dicha vegetación y sensibilizarlos sobre la importancia de la conservación; y por último lograr un espacio de estudio e investigación.
En otro tramo de la charla, la mujer destacó que “en el lugar se puede encontrar dos áreas: una de recreación y otra zona más intangible, donde se pueden encontrar especies como araucaria, pindó, ceibos, laurel, palo borracho, lapachos; también distintas especies de aves e insectos, en un lugar de esparcimiento y disfrute con senderos interpretativos, en pleno equilibrio con el ecosistema”.