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Hace varios años que el cementerio municipal de esta ciudad no da abasto. Desde la Comuna vienen ampliándolo periódicamente en forma precaria hacia predios lindantes, pero esos “parches” duran poco y vuelve a producirse la emergencia.
Primero la Municipalidad extendió la necrópolis hacia un predio de unos 7.000 metros cuadrados perteneciente al Parque Industrial sanvicentino; luego, hace más de un año y medio, se afectó una nueva parcela de una industria maderera que no estaba siendo utilizada; pero tampoco es suficiente y se estima que en pocos meses, ese predio de unos 5.000 metros cuadrados también colapsará.
Más allá de estas respuestas “de urgencia”, la Comuna no adoptó una decisión que aporte una solución definitiva, a pesar de que hubo varias propuestas desde el Concejo Deliberante y desde vecinos particulares, ninguna de las cuales prosperó.
En algún momento, el Ejecutivo municipal anunció que iba a mejorar los distintos cementerios que hay en varios parajes alejados del centro de la ciudad y que no son muy utilizados por sus pobladores, que prefieren llevar a sus familiares muertos al camposanto principal. Los más utilizados por los lugareños son el de Fracrán y el del Cruce Londero Alicia, pero hay otros tres prácticamente olvidados por el Municipio y los vecinos.
Otra propuesta que surgió en el seno del Concejo fue buscar un nuevo predio y hacer una nueva necrópolis, opción que -después de muchas vueltas- no tuvo respuesta de las autoridades.
Además, una empresa fúnebre de San Vicente envió un proyecto de ordenanza para que se permita hacer tumbas múltiples y enterrar a varios integrantes de una familia en una misma sepultura, para economizar espacio. Dicha propuesta nunca tuvo dictamen por parte del Deliberativo, pero se sabe que la metodología sí se está implementando “de facto” siempre que haya consentimiento de los deudos.
Otra de las alternativas que se está utilizando ahora, en este momento crítico, es la de reutilizar los espacios ocupados por tumbas ya abandonadas, donde los deudos nunca hicieron el mantenimiento ni preservaron la identidad del cadáver.
Los sepultureros hacen nuevas fosas en esos lugares, pero preservan los restos anteriores. Esta metodología no está legislada, pero como no hay reclamos, pasó a ser un método de “reciclaje” de tumbas que ayuda a ampliar la capacidad del cementerio.