Perseverantes resultaron los hermanos Burtnyk. Después de nueve participaciones en la Fiesta Nacional del Surubí, lograron subir al escenario para recibir su premio por haber quedado séptimos en la clasificación general de la 44ª edición del “Mundial de Pesca”. Marta, Julio Luis y Marcelo Hernán Burtnyk, compiten juntos desde hace tres años, pero los dos últimos ya habían estado otras seis veces en la monumental fiesta que año tras año organiza la Comisión Municipal de Pesca de Goya.
Pescan desde chicos y les gusta sumarse a los grandes torneos de pesca de la región. Así pasaron por La Fiesta del Dorado, en Paso de la Patria; el Concurso Integración del Surubí, en Ituzaingó; el Concurso de Pesca Variada, en Bella Vista; y hasta las 20 Horas de Pesca Variada Embarcada, en Posadas.
“Por nueve centímetros no nos trajimos una lancha”, dice con algo de resignación Marta. Es que la pieza mayor que capturaron midió 98 centímetros y quedó a nueve centímetros del surubí pescado por la santafesina Natalia Cardozo.
“Nos tocó la mejor zona, la misma en la que estuvo pescando el gobernador de Corrientes (Gustavo Valdés). Antes de la partida estuvimos hablando con los pescadores de Goya y nos recomendaron anclar sobre el final de la zona que nos habían asignado, pero cuando llegamos a ese lugar había varias lanchas. Entonces subimos unos 400 metros y nos colocamos en un lugar donde el agua corría bastante. Es un canal angosto, de curvas y contracurvas, y muchos camalotes, ideal para el surubí”, contó Marta.
La mujer, que es profesora de educación física y pesca desde muy chica, agregó que “en ese lugar no tuvimos ningún pique y tomamos la decisión de retroceder unos 800 metros más. Nos instalamos en un lugar donde había seis metros de profundidad, camalotes y palos”.
El primer pique de la tarde fue para Marta, pero el cañazo no fue efectivo. La revancha llegaría rápido. A las 17.40 salió el primer ejemplar. El segundo fue capturado a las 20.20; el tercero a las 21.40 y el último cuarenta minutos más tarde. “Después de eso sólo hubo palometas. Teníamos la esperanza de lograr alguna captura más”, dice resignada Marta.
Los Burtnyk partieron en el lote de punta, ya que la lancha “Sol y Luna” es impulsada por un motor de 200 HP. “Para este concurso salimos con 160 litros de combustible y una buena cantidad de morenas”, agregó Marta. Parece exagerado, pero la enorme extensión de la cancha de pesca obliga a los competidores a tomar precauciones, ya que hasta último momento no saben hasta qué lugar deberán navegar.
La ansiedad parece un denominador común en la familia. Es que los tres ya se instalaron en Goya el 1º de mayo para poder realizar con tiempo los trámites de fiscalización ante la Prefectura.
Los hermanos Burtnyk aseguran que la pasión por la pesca les fue inculcada por su padre, con quien salían en la lancha. “Cuando era chica, en la zona de Punta Grande saqué un pacú grande con una línea de mano que me habían dado para que no moleste”, recuerda Marta. Y admite que “por precaución, cada vez que subía a la lancha mi papá me ataba un cabo a la cintura porque yo era muy inquieta”.
Los Burtnyk volvieron de Goya el lunes al mediodía con su trofeo, reeles, una botella de champán y una orden de compra por 20.000 pesos. Y ya piensan qué concurso los volverá a reunir en la “Sol y lluvia”.