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Un hijo adolescente de la víctima, demorado el pasado martes en el marco de la investigación por el crimen de su madre, Fidencia Estela Arapayú (49), fue liberado este miércoles e incluso regresó a la escuela, señalaron fuentes del caso.
Ahora el único detenido en la causa es un changarín y colono de 54 años, quien era pareja de la víctima (su identidad no se detalla para preservar la del menor involucrado).
Las fuentes agregaron que está previsto que el sospechoso sea indagado mañana por el juez de Instrucción de Puerto Rico, Roberto Sena.
Arapayú pasó a engrosar la horrorosa lista negra de mujeres asesinadas a manos de un hombre en lo que va del año, convirtiéndose en el quinto femicidio.
Su cuerpo, en avanzado estado de descomposición, fue hallado el pasado martes minutos antes de las 9 en Colonia Oasis, en cercanías a Jardín América. Estaba dentro de un pozo ubicado en la vivienda donde residía, con la cabeza destrozada a martillazos. En ese sentido se supo que a primera hora de ayer llegó a manos del magistrado interviniente el resultado de la autopsia, que determinó que la causa de muerte fue “por traumatismo de cráneo”, lo que confirma que se trató de un crimen.
Luego del examen forense y por orden judicial, el cadáver fue trasladado desde la Morgue de Posadas a Jardín América, donde fue entregado a sus familiares, quienes la reconocieron ante el juez por su fisonomía física.
Anoche sus parientes, allegados y vecinos le daban el último adiós en una ceremonia fúnebre. Se llevaba a cabo en una sala velatoria y a cajón cerrado.
La inhumación se realizará a primera hora de hoy en el cementerio de ese mismo municipio, según adelantaron.
Una relación tormentosa
Mientras la investigación policial-judicial no se detiene, en forma paralela fueron surgiendo otros elementos que obtuvieron los pesquisas y que seguramente se añadirán al expediente.
Tienen que ver con testimonios de familiares y allegados de la víctima y de su pareja, quien está detenido y bajo la lupa por el atroz crimen. Para los investigadores se trata de las primeras evidencias que fueron sustentando las sospechas en cuanto al desenlace.
Tienen que ver, tal como adelantó este Diario, con denuncias que ya en 2014 Fidencia había radicado contra su esposo, donde constaba que era agresivo, que le generaba miedo y por lo que necesitaba que le restringieran el acercamiento a ella y sus hijos.
Se mantuvieron separados hasta hace poco más de dos meses, en que Arapayú retornó a Oasis, se reconcilió con su esposo y renovó los votos en una ceremonia religiosa en un templo evangélico. Pero nada cambió.
La mujer habría manifestado nuevamente su intención de separarse, de romper el vínculo e irse a vivir a Jardín América una vez más. Todo quedó en apenas una expresión de deseo. No tuvo tiempo, se lo arrebataron junto a su vida.
Fue golpeada hasta morir e intentaron borrar las pruebas, incluso hacer desaparecer la prueba principal, el cuerpo. La frase de una de sus hijas, tal como se publicó ayer, fue contundente.
Patricia (28) explicó que cuando desapareció su madre, el martes 7 de mayo lo primero que pensó es que su madre estaba con problemas de vesícula “pero no iba a desaparecer o quitarse la vida. Quería separarse definitivamente, y tal vez por ello la mató, porque tenía intención de irse a vivir a Jardín América y rehacer su vida”.
Ordenan pericia psicológica
El pasado martes el adolescente de 15 años e hijo de la víctima fue demorado y puesto a disposición del juez Correccional y de Menores de Puerto Rico, Osvaldo Rubén Lunge, quien ayer ordenó su inmediata liberación y que quede en guarda y cuidado con sus hermanas.
El menor, por su edad es inimputable y sólo le cabría una “medida de conducta” de ser sospechado en el caso. No obstante existe la posibilidad de que el juez de Puerto Rico, que instruye la causa, Roberto Sena, lo cite a declarar en carácter de “testigo sin juramento”. Se ordenó desde el Juzgado de Menores que el chico asista a sesiones con una psicóloga del Poder Judicial y que retorne a la escuela.