Después de 16 meses de estar en lista de espera, llegó este viernes el corazón para la misionerita Abigail Irrazabal Cabrera, “Abby”, como la conocen sus seres queridos.
A las 6 de la mañana de este viernes, el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) avisó a la familia de la pequeña que tenían un órgano compatible para ella. Al mediodía, cuando Abby ingresó al quirófano, su mamá, Nilda Cabrera escribió a PRIMERA EDICIÓN desde la sala de espera del Hospital Italiano “les escribo para contarles y a través de ustedes a todas aquellas personas que nos acompañaron a la distancia para que sepan de nuestro milagro”.
Todavía faltaban varias horas para que la familia de la pequeña pudiera respirar tranquila cuando los médicos le informaron que la paciente respondía bien al trasplante.
Abigail cumplirá en julio siete años e ingresó a la lista de espera del INCUCAI en enero de 2018 por un corazón. Para poder ingresar a la lista, la niña debió mudarse temporalmente a Buenos Aires y en un principio lo hizo con su mamá, Nilda. No pasó mucho tiempo hasta que también se mudarán su papá y su hermanito Mariano, porque se extrañaban mucho y era necesario estar juntos para contener a Abby.
La espera no fue nada sencilla, a la niña no le gusta vivir en Buenos Aires y todo lo que ello implica: controles médicos periódicos, pinchazos, prácticas y estudios diversos. Todos añoran volver a Misiones, a su hogar, con su gran familia y sus amigos.
Las cadenas de oración se multiplicaron ayer en toda la Provincia, no sólo por Abby y su familia sino también “por la familia del angelito donante”.
Desde la panza
Nilda Cabrera, se enteró de la condición de su nena cuando tenía apenas cuatro meses de gestación. Tal como contó meses atrás a este Diario, “estaba embarazada y me iba contenta a la ecografía para saber si era nena o varón mi bebé y me encontré con esta noticia”.
Le dijeron que algo no estaba bien. De ahí en adelante comenzaron los controles fetales cada mes, hasta el octavo, cuando el cardiólogo le derivó a Buenos Aires para que Abigail pudiera nacer allá. De hecho, Abby nació en julio de 2012 en el Hospital Italiano, el mismo nosocomio donde ayer le trasplantaron el corazón.
Abigail sufre de hipoplasia de ventrículo derecho, lo que indica que tiene un ventrículo único. “Ella tiene sólo el izquierdo. El derecho es el encargado de limpiar y oxigenar la sangre y el izquierdo cumple la función de ingresarla al cuerpo. Entonces es complicado por la falta de oxigenación de la sangre”, explicó su mamá.
Por ello, debió ser intervenida con apenas seis días de vida, nuevamente a los seis meses y una vez más a los tres años. Además debía tener controles anuales en Buenos Aires y cada tres meses en Posadas.
Fue en noviembre de 2016 cuando le dijeron que la cardiopatía de Abigail había empeorado y que le harían controles más seguidos para ver la posibilidad de un trasplante, por lo que debía empezar a viajar dos veces por año a Buenos Aires y los controles en Posadas debían volverse mensuales. Un año después la cardióloga decidió ponerla en lista de espera para un trasplante de corazón.
En enero de este año, cuando ya se cumplió un año de la familia viviendo en Buenos Aires, Nilda contó a PRIMERA EDICIÓN que no perdían la esperanza que llegara el órgano para su hija.
Contó que, como pacientes en lista de espera, pudieron ver en la página del INCUCAI las veces que Abby participó de la posibilidad ante la aparición de un órgano, pero que era compatible o no tenía en tamaño adecuado para una niña de su edad.
“Hay una infinidad de cuestiones puntuales para que ella pueda recibir el trasplante”, explicó. Y ayer coincidieron esas infinitas posibilidades y Abby recibió un nuevo corazón que, prometió, cuidará como si fuera suyo.
Trasplante de órganos
En la actualidad, 117 personas están en la lista de espera del INCUCAI por un corazón. En lo que va de 2019 ya se realizaron 40 trasplantes cardíacos, ocho de ellos en mayo. Después del renal y hepático, es el trasplante más numeroso.