Ayer se desarrolló la tradicional celebración del Corpus Christi en el anfiteatro Manuel Antonio Ramírez. Bajo el lema “Cristo Vive, Esperanza Nuestra”, miles de fieles se acercaron a reafirmar su fe.
La convocatoria era para las 14 frente al Parque Paraguayo, lugar donde se realizó una bienvenida y además se presentó una obra de teatro en la que un grupo de jóvenes contó la realidad que viven y los dolores que tienen muchísimos de ellos.
La celebración eucarística, que fue la única en la tarde del sábado, fue solemne con una carga de emotividad especial. Durante todo el tiempo se remarcó la importancia de la defensa de la vida. Luego, ya cerca de las 16, comenzó la misa central presidida por monseñor Juan Rubén Martínez y sacerdotes de diferentes comunidades del departamento Capital. La asistencia fue impresionante, había más de 5.000 personas, y la capacidad del anfiteatro fue ampliamente superada, a tal punto que muchos de los fieles debieron seguir la misa desde el exterior.
La fiesta además contó con la participación de distintas instituciones educativas y otras instituciones sociales. Una vez finalizada la misa, la celebración continuó con la procesión por las calles con Jesús Eucaristía encabezando la marcha.
La multitudinaria congregación recorrió la calle Roque González y su continuación por San Lorenzo, hasta llegar a la plaza 9 de Julio, donde alrededor de las 18 comenzó la bendición solemne frente a la Catedral.
Durante todo el trayecto los creyentes continuaron cantando a Dios y orando por la defensa de la vida, de los niños por nacer, por los necesitados y todos aquellos que padecen el flagelo de las drogas.
Cabe resaltar que tradicionalmente, esta ceremonia se celebra el primer jueves posterior a la solemnidad de la Santísima Trinidad y 60 días después del Domingo de Resurrección, aunque se realiza los sábados para adaptarse al calendario laboral.
#ValeTodaVida
Este fue uno de los mensajes centrales que se llevaron como estandarte durante toda la jornada.
El color celeste fue el predominante y los fieles reflejaron la postura propia y de la Iglesia, respecto al actual debate sobre la legalización del aborto.
Durante los días previos a esta fiesta, desde el Obispado de la ciudad llamaron a las personas a acercarse con alguna prenda de color celeste, para así hacer una clara manifestación por la defensa de la vida.