A través de una votación virtual, el cortometraje La oscuridad de Miguel, del realizador Luis Bernal, busca ser visto en el festival de ELCHE de España. Esta pieza cuenta la historia de un campesino oriundo de Aristóbulo del Valle, que a los 20 años pierde la vista a causa de una mala praxis. Tras atravesar la pobreza y el abandono de su pareja, continúa criando a su hijo de 9 años con ayuda de su hermana mayor.
“La particularidad de esta obra audiovisual, es que más allá de mostrar una realidad, es que gracias a ella se puede cambiar la calidad de vida de una persona”, contó su director. Miguel vive en la zona rural de Aristóbulo del Valle, donde algunas de sus necesidades básicas son escasas o nulas. En su hogar se sigue utilizando letrina, tampoco está adaptado para una persona ciega y un sinfín de cosas en las cuales podemos aportar nuestro grano de arena desde nuestro lugar.
Gracias a las primeras impresiones, el Club de Leones “Posadas Andresito” decidió organizar eventos para recaudar fondos, y de esta manera construir el baño en la casa de Miguel, tarea a la cual se sumó la Municipalidad de Aristóbulo, quien aportó la mano de obra.
“Este tipo de acciones me sorprenden desde el punto de vista de director/realizador, ya que nuestro trabajo se basa en buscar la mejor forma de contar historias, casi nunca está en nuestros planes que sucedan estas cosas”, señalaron desde la producción.
La oscuridad de Miguel, ya fue seleccionado en siete festivales de cine alrededor del mundo (India, Suecia, Argentina, España y Estados Unidos en 3 oportunidades). En busca de una nueva pantalla, hasta el 18 de julio se puede votar en la página del festival de ELCHE (www.festivalcineelx.es).
Su realización
Luis conoció a Miguel a través de Raúl “Rulo” Bregagnolo, el conocido ecologista que hace un tiempo decidió vivir en la chacra: “Así empezó todo, fue ‘Rulo’ el que me contó que su vecino arreglaba motos y motores en general, y que además hacía carpintería, con la particularidad de que es ciego. Eso fue lo que en un principio me motivó ir a conocerlo. Cuando vi cómo y dónde vivía me interesó mucho más contar su historia. Él vive en una casa muy precaria, de una manera muy humilde, se hace cargo de un chico que tiene 9 años y lo ayuda su hermana que vive a pocos metros. Ella le cocina al chico, lo lleva a la escuela y lo cuida como una madre. Su hijo no es su hijo biológico, sino que Miguel se hizo cargo del nene”.