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Ante otra presión del monopolio empresarial para volver a aumentar el precio de los boletos del transporte de pasajeros, los usuarios hicieron escuchar sus reclamos.
Así, los consumidores demostraron su preocupación al observar que nuevamente comienza a prepararse el terreno para que las empresas se vean beneficiadas con la opción de incrementar sus pasajes, de la misma manera que ocurrió en las últimas ocasiones, y manifestaron sentirse desprotegidos debido a que cada avance del “pulpo empresarial” sobre sus bolsillos no pudo ser detenido por ningún sector representativo desde el Gobierno.
Cabe recordar que, recientemente, el Grupo Z pidió por nota que se habilite un nuevo “boletazo”, información que fue publicada por este Diario el viernes.
Desde el sector empresarial justificaron el pedido en base a la suba salarial para los empleados que fue acordada en la provincia el pasado miércoles 17, luego de varias presiones de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) a nivel nacional.
Al mismo tiempo adelantaron que durante el resto del año se deben dar más aumentos “para no quedar tan lejos” en la relación entre tarifas y costos.
Ante esto PRIMERA EDICIÓN realizó un relevamiento para obtener las apreciaciones de los pasajeros. Así se hizo evidente el fastidio creciente en una gran parte de la población, justamente desde los sectores más humildes que dependen de la utilización diaria del servicio, por la posibilidad que una nueva suba en la tarifa golpee nuevamente a los presupuestos familiares.
Paulina del barrio Santa Rita expresó: “Lastimosamente no nos queda otra que tener que pagar lo que ellos decidan. No hay salida. No se puede hacer nada porque siempre se hace lo que las empresas quieren. Los usuarios tenemos que pagar nomás, pero ya está muy caro el pasaje. Esperemos que no aumenten de nuevo, porque se hace imposible pagar lo que piden y seguir soportando los aumentos del boleto”.
Al mismo tiempo señaló que “los sectores más humildes somos los que sentimos que todos los días nos tocan el bolsillo. Es un presupuesto grande que tenemos que destinar en mi familia para movernos en colectivos, considerando que 5 boletos ya son 100 pesos”.
En tanto que Gabriela, del barrio Fátima, remarcó: “Todos estamos muy enojados con este tema porque cada vez que quieren, aunque se nos haga difícil, tenemos que bancarnos igual los aumentos. Nunca tenemos opción y no hay nadie del Gobierno que intervenga o quiera interceder por los usuarios. Y es una falta de respeto a las personas porque además siempre se viaja muy mal, pero sus precios no paran de aumentar. Hay familias que apenas llegan a fin de mes con lo que tienen que gastar para comer y por el precio del boleto”.
“Otro aumento del pasaje nos perjudica a todos, si ahora cuesta tanto pagar y cargar la SUBE, no me puedo ni imaginar lo que será si vuelven a subir. Aumenta el boleto pero los sueldos siguen igual, por eso siempre los perjudicados somos nosotros”, indicó y agregó que “por más que suban el precio y nos cueste mucho lo vamos a tener que pagar igual porque necesitamos viajar para llegar a nuestros trabajos. Si faltamos o llegamos tarde al trabajo nos descuentan dinero. Todo es muy complicado y da mucha bronca”.
Consultada sobre la calidad del servicio recibido contestó: “Le veo muchas fallas en todo sentido, principalmente en los horarios pico porque se viaja como animales, todos apretados, los colectivos vienen retrasados, entonces se acumula mucha gente en las paradas. Yo, personalmente, siempre viajo muy mal, salgo temprano de mi casa y los colectivos ya vienen muy llenos. Creo que las empresas tienen más unidades para reforzar y que la gente no viaje tan apretada pero no quieren hacerlo”.
“Sobre las promesas que hacen las empresas para mejorar el servicio, cada vez que piden aumentar el precio de los boletos, nunca se ven los resultados en la calle. No sabemos adónde va la plata que consiguen con las subas porque se sigue viajando muy mal, como siempre”, sentenció.
Mientras un vecino del barrio Itaembé Guazú apuntó directamente al Grupo Z y exigió “que pongan más líneas en nuestro barrio o que al menos dejen entrar a la competencia para poder contar con otra calidad de servicio”.
María Florencia, del barrio Los Álamos cuestionó que “el servicio es pésimo, encima te cobran hasta 30 pesos el pasaje cuando pagás con efectivo porque nunca tienen cambio para dar”.
Por su parte, Juan Mongeloz del barrio Madariaga opinó que “para los trabajadores es algo muy malo que vuelvan a pedir un aumento del precio del boleto. Es terrible lo que hay que pagar. Es diferente para el que tiene su propia movilidad pero los afectados somos los sectores más humildes que sí o sí tenemos que viajar en colectivo. Además la calidad del servicio es horrible. Es un desastre todo”.
A su vez, Noelia del barrio Itaembé Miní manifestó: “No estoy de acuerdo con un posible nuevo aumento. Lo peor es que cada vez que las empresas reclaman consiguen subir los precios. Hacen lo que quieren. Creo que los trabajadores (por los choferes) reclaman lo justo, lo que ellos necesitan y les hace falta, pero el problema son los empresarios que siempre se llevan toda la plata para ellos y nos perjudican a los pasajeros que usamos el servicio”.
“Yo me movilizo en moto pero cuando llueve dependo del colectivo. A los barrios alejados siempre nos complica que tenemos pocas frecuencias, hay que esperar hasta 30 minutos en la parada y después en la terminal de transferencia de nuevo hay que esperar mucho tiempo, eso se pone peor los fines de semana”.
“Las promesas de las empresas que siempre repiten sobre que van a mejorar el servicio realmente no se ve en el día a día”, finalizó.
Más incrementos en otros servicios
Cabe recordar que el monopolio empresarial consiguió recientemente la aprobación para aplicar fuertes incrementos en las tarifas del transporte público de pasajeros, sobre otros servicios que alimentan su recaudación.
Así, en primer lugar el precio del pasaje del tren internacional Posadas – Encarnación pasó de $56 a $122 desde comienzo de julio, alcanzando una suba del 114%. Mientras que desde el pasado martes el boleto del colectivo internacional, que une a las dos ciudades mencionadas, pasó de $50 a $70.