Vivir resignados. Esa parece ser la consigna de los últimos años, frente a una realidad económica que pone a los asalariados ante decisiones cada vez más extremas. Al punto de decidir resignar un incremento salarial con tal de permanecer con el puesto de trabajo y por el temor al achique de la empresa que lo tiene en su planta.
Paralelamente, la región en la que se encuentra Misiones volvió a tener la inflación más alta del país: 2,9%. Y, si algo faltaba, el Grupo Z quiere seguir con la cadena de golpes al bolsillo -que inició con el 114% de aumento en el boleto del tren internacional y del 40% en el colectivo Posadas – Encarnación (Paraguay)- con un nuevo “boletazo” en el Sistema Integrado de Transporte Metropolitano y el urbano posadeño.
No hay respiro. La economía de los hogares argentinos no mejora. Como tampoco la de las industrias instaladas (las que aún sobreviven), que en mayo contrajeron su actividad un 6,7% interanual, acumulando una caída del 8,6% en los primeros cinco meses del año, según la Unión Industrial Argentina. La entidad señaló que la mayoría de los rubros industriales presentaron caídas pero, los más afectados, fueron el sector automotriz (con una merma de 35,3%), la industria textil (baja del 19,8%), metalmecánica (-7,3%) y minerales no metálicos y metales básicos (con descensos de 6,2% y 6,1% respectivamente).
El Gobierno de Mauricio Macri, mediante el trabajo del campo argentino, salió a agitar la bandera de la cosecha récord: la campaña 2018-2019 alcanzará los 147 millones de toneladas. Y el mandatario, en campaña, cuestionó públicamente las retenciones que él mismo incremento, como un nuevo manotazo ante la falta de fondos y con un pedido de salvataje al Fondo Monetario Internacional. A propósito del FMI, con el desembolso de los US$ 5.385 millones, el organismo ya otorgó casi el 80% de los alrededor de 56.000 millones de dólares habilitados por el organismo multilateral.
Un poco de oxígeno para llegar, en principio, a agosto que se votan las PASO.
Precarización y cierres
Alpargatas abandonó la actividad en Argentina. La General Motors decidió extender las suspensiones a más de 2.500 operarios esta semana. Y las malas nuevas para el empleo se incrementan mes a mes. Sin embargo, la mayoría de las centrales sindicales se mostraron esta semana más preocupadas por ver a quién apoyarán en las elecciones que en aportar soluciones a temas como los planteados.
Según el INDEC, los puestos de trabajo asalariados (en blanco y con aportes) subieron 0,1% en el primer trimestre del año. Sin embargo, el Gobierno admitió que se produjo un incremento de 3,5% de los puestos de trabajadores no asalariados o en negro, cifra que supera ampliamente al empleo formal.
Del total de puestos de trabajo asalariados que mejoró un 0,1%, implicó una baja de 105.000 personas registradas y con descuentos jubilatorios, al pasar de 10.816.000 a 10.711.000 entre el primer trimestre del año pasado e igual período de 2019.
Los puestos de no asalariados o en negro que aumentaron un 2,5% significó una precarización laboral para 115.000 personas, al pasar de 4.672.000 a 4.787.000 de trabajadores, haciendo la misma comparación.
El mayor número de empleos no registrados o en negro se produjo en el servicio doméstico con 1.225.000 personas, seguido del comercio 684.000, construcción 484.000, agricultura y ganadería 492.000, servicios sociales y salud privados 295.000, transporte y comunicaciones 278.000, y hoteles y restaurantes 238.000.
Dispuestos a resignar algo
A la vez que se divulgó el informe oficial sobre empleo, una encuesta privada señaló que el 60% de los argentinos que participaron de un sondeo sobre calidad del trabajo, admitieron estar dispuestos a resignar parte de su salario para mantener el trabajo. “La consolidación de la seguridad laboral en lo más alto de las razones para conservar el trabajo actual (consignado por el 49% de los más de 3 mil participantes), puede explicarse a partir de una coyuntura en la que al no haber crecimiento del empleo, se genera una menor movilidad laboral”, explicó Andrea Ávila, CEO de la consultora en RRHH “Randstad” para Argentina y Uruguay que realizó el trabajo.
Para entender la valoración destacada que tiene hoy la seguridad laboral, se preguntó sobre las medidas que estarían dispuestos a tomar los argentinos a cambio de la estabilidad. El 34% dijo estar dispuesto a resignar entre el 1 y 10% de su salario para tener un trabajo más estable. Otro 24% afirmó estar dispuesto a resignar más del 10% de su sueldo, mientras que el 26% aseguró no estar dispuesto a resignar salario. El 16% respondió no saber qué hacer frente si se plantea la cuestión.
Producciones en problemas
La crisis del sector citrícola ocupó la agenda de la semana. En Misiones hay mil productores que no saben dónde podrán colocar las frutas. Varias toneladas quedaron en las plantas o caídas sin cosechar para no asumir costos que, luego, no podrán ser pagados.
Ricardo Ranger, productor del Alto Paraná misionero, reveló en FM de las Misiones (la radio de PRIMERA EDICIÓN) que perdió entre 1.500 y 2 mil toneladas de limones.
“Hace 60 años con mi familia estamos en la producción citrícola, pero nunca nos pasó de no poder vender nuestros productos”, aseguró. “Yo perdí más de 1.500 toneladas de limones. En pesos serían más de 8 millones de pesos”, cuantificó Ranger con pesar por la crisis que atraviesa la actividad en el país.
Como consecuencia de dicha problemática, la Cooperativa Citrícola Misiones Limitada de Leandro N. Alem tuvo un paro de los trabajadores, a quienes adeuda salarios. El subsecretario de Desarrollo y Producción Vegetal del Ministerio del Agro, Yaco Mazal, estimó en la misma radio que “para financiar los costos de cosecha, cubrir la logística y el personal de la industria se necesitarían unos $20 millones”. De hecho, su par de
Trabajo y Empleo, Juan Carlos Agulla, confirmó que solamente para pagar quincenas, aguinaldos y retroactivos la Cooperativa necesita $12 millones.
Hubo conciliación obligatoria, el paro se levantó pero la conducción de la entidad (que mantuvo silencio mediático) debe proponer una medida superadora a los trabajadores y a los productores.
El sector tabacalero también se movilizó esta semana en San Vicente. Estimaron que serán unos 1.500 los productores que quedarán afuera de la campaña 2019/2020, ya que la industria estimó que bajará de los 32 millones de kilos que comprará este año a unos 25 millones de kilos.
Hubo fuertes críticas a los acopiadores locales y en la asamblea de autoconvocados propusieron conformar una cooperativa que absorba la cantidad que se estima, mermará la compra en esta nueva campaña.
“Los números de hoy, hablan del esfuerzo del sector”, dijo Jorge Kappaunn presidente de la CTM quien reveló que su entidad y CIMA “tenemos cuatro millones y medio de kilos de tabaco que no tienen destino y en la misma situación estarían las otras empresas acopiadoras que no encuentran compradores para su tabaco”. Y reiteró que hay otras instituciones que aún no pudieron colocar toda su producción de la zafra 17-18, que CTM sí lo pudo hacer.
Según el directivo, “si no se realiza este recorte en la producción, corremos el grave riesgo de tener que parar una zafra completa, hasta licuar los stocks, esa situación sería gravísima”.
En la yerba mate, los mensajes aparecen contradictorios. Mientras un grupo de productores aseguró que la cosecha debe terminar antes por la afectación que tienen de yerbales con “Mal de la Tela”, desde el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), su presidente aseguró que no fijarán una finalización anticipada. Alberto Re, incluso, anunció que desde el 15 de agosto se sentarán a negociar la grilla de precios de la próxima cosecha y aseguró que mejoraron los pagos de la cadena productiva.
El funcionario confirmó que, en la mesa del Directorio, ningún sector planteó formalmente un pedido de fin de la zafra anticipada. Y en ese ámbito se sientan representantes de productores misioneros y correntinos, de secaderos y de la propia industria, además de directores por el Estado provincial de Misiones y Corrientes.
Embestida Z
El pedido de suba del boleto y/o de los millonarios subsidios que recibe el Grupo Z, selló la crónica de un boletazo anunciado que tuvo como puesta en escena, una amenaza de paro de la UTA que se terminó levantando con promesas de incrementos salariales.
Claro, 14 días antes, un referente Z presentó un pedido de aumento de precios. Y la realidad demostró hasta el presente que, cada vez que lo pidió se lo dieron, por más audiencia pública repleta de críticas que se haga.
Si vuelve a ocurrir, será una nueva resignación a la que someterán a los usuarios de un deficiente servicio. Por boletazo o por suba de subsidios, volverá a ser el conjunto de los misioneros el que vuelva a pagar los caprichos Z, tal vez para seguir comprando empresas fuera de la tierra colorada, como lo vino haciendo el pulpo empresario en los últimos años con la connivencia del poder.