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Una de las tantas pistas que busca la Policía para esclarecer el crimen del productor agropecuario misionero Juan Marcelo Boicho, de 44 años, apunta a los cruces telefónicos.
Por ello, para los investigadores resulta muy llamativo que los celulares de los tres demorados -quienes no estarían directamente vinculados al homicidio- no aparezcan.
Tal como publicó PRIMERA EDICIÓN, Boicho, quien era oriundo de Apóstoles, fue ultimado el domingo 21 de julio pasado y su cadáver calcinado fue hallado al día siguiente en su estancia, a unos 50 kilómetros del casco urbano de Virasoro.
Fue asesinado a golpes con un palo de amasar y un trozo de tabla y luego el o los autores trasladaron su cuerpo hasta su vivienda y prendieron fuego el lugar. Lo hicieron para borrar todo tipo de rastro o huella que los pueda incriminar.
Lo que se trata de establecer ahora es si los tres hombres apresados la semana pasada tuvieron comunicación con la víctima, hecho que no pudo ser probado debido a que todavía no aparecen sus aparatos de telefonía celular.
Hipótesis
Hasta ahora resulta un misterio el motivo del crimen, no obstante la Policía maneja como hipótesis más firme el robo de dinero y otros elementos.
El o los autores habrían cometido la agresión en el patio delantero de la vivienda, donde quedó una mancha similar a sangre. Después habrían arrastrado el cadáver hasta el interior del inmueble para generar un incendio.
El cuerpo calcinado de Boicho fue encontrado recién al día siguiente, cuando un poblador avisó a la Policía. Los padres de la víctima estuvieron ese domingo 21 de julio junto a Boicho hasta alrededor de las 17. A esa hora decidieron regresar hacia Apóstoles. Según estimaciones de los investigadores, la muerte del hombre habría ocurrido entre las 22 y las 23.30, aproximadamente, a causa de lesiones en el cráneo.
Nadie de la zona advirtió el incendio. Es que la casa más cercana a la de Boicho está situada a unos dos kilómetros y es habitada por dos hermanos, quienes en los últimos días prestaron declaración como “testigos sospechosos”.
Aparentemente el hombre guardaba algo de dinero en la casa y se cree que fue sustraído por los asesinos, al igual que un rifle. En tanto, entre los restos quemados estaba la estructura metálica de una escopeta. Para la Policía, los autores del crimen sabían a la perfección que Boicho vivía solo y estaban al tanto de que las personas que lo visitaron ese fin de semana ya se habían retirado del lugar. El automóvil de la víctima finalizó parcialmente destruido por las llamas.
Respecto a los teléfonos celulares, tanto de los sospechosos como de Boicho, desde la Policía de Corrientes adelantaron que pidieron informes a las compañías telefónicas.