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El próximo jueves comienza agosto y hay que “espantar a los malos espíritus”. Porque, como dice Secundina Acosta (82), una conocida vendedora en los puestos del Mercado Modelo La Placita,“julio los prepara y agosto se los lleva”. Por eso, hay que tomar caña con ruda.
La tradición, traída de los pueblos originarios, asegura que se trata de una bebida que alejará el “maleficio”. Pero además, nos aportará salud, ya que contiene propiedades medicinales.
Es por eso que este lunes muchas personas se acercaban a La Placita, lugar donde se encuentran los principales puestos de venta del mencionado trago. “Yo vengo a comprar todos los años, es una costumbre en mi familia y no puede faltar en nuestra casa”, aseguró Martín.
Acerca del ritual, “usted tiene que ingerir tres sorbos, con eso ya es suficiente”, detalló Lidya Benítez, comerciante. Y agregó que “se debe ingerir en ayunas”.
Y ¿cuáles son los beneficios? “Son muchos, pero por nombrar algunos, puedo decir que ya no tenés dolor de garganta, no te engripás porque es un remedio muy bueno”, sintetizó Secundina.
Medicina natural
Sobre los estantes hay cola de caballo, malva, salvia, burrito y un sinfín de “yuyos”. Desde hace 53 años Secundina trabaja en el Mercado Modelo La Placita y “me conozco todos los remedios naturales. Sé para qué sirven y puedo asegurar que cada planta, cada árbol, es salud. Porque en sus hojas hay medicina. Y lamento que muchas personas no respeten la naturaleza, porque todas las hojas son buenas”.
Con 82 años, Secundina se mueve con soltura y sorprendente agilidad. ¿Hay algún secreto para ello? “No, ningún secreto. O tal vez sí, porque prefiero comer más vegetales que carne. Y mi actividad física es caminar hasta mi trabajo y estar acá, donde hablo con las personas. Mis hijos no quieren que trabaje, pero yo lo voy a hacer hasta que ya no pueda más”.
Se acerca agosto y Secundina tiene un temor: “Que se pierda nuestra tradición de tomar caña con ruda. Hoy son muy pocas las personas que compran. Antes se vendía mucho, recuerdo que a comienzo de mes ya comenzaba la venta. Ahora todo está muy quieto y eso me preocupa”.
Este año el costo de una botella es de 30 pesos. Lo prepara ella misma, como desde hace 53 años. Y recomienda tomarla en ronda, con la familia y con amigos.
Otra comerciante, Lidya Benítez, recordó que cada primero de agosto “la tradición en nuestra querida Placita es esperar a los visitantes con un vaso para degustar. Una costumbre que se mantiene por generaciones”.
Entre las anécdotas, Lidya contó que todos los años los turistas le preguntan “por qué se toma, cómo se prepara y qué beneficios aporta” este trago. Entonces ella explica que “la caña se prepara con ruda macho, las hojas son más grandes que las de la ruda hembra”.
Y si bien generalmente se discute si son tres o incluso siete los tragos necesarios para “espantar los espíritus”, la mujer aclaró que “todo depende de la tradición que se tenga en la casa” y queda a criterio y gusto de cada uno. “Yo tomo un sorbo, pero mi primo un poco más”, resumió un joven que prefirió no dar su nombre.
Ya sólo faltan 48 horas para el inicio de agosto, así que hay que ir preparando las copas para brindar por esta tradición que traerá salud y buena suerte a todos.
Carrulim, patrimonio cultural del Paraguay
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Este lunes, la Secretaría Nacional de Cultura de Paraguay declaró Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) de ese país al Carrulim, la popular y tradicional bebida que mezcla caña blanca, ruda y limón.
Como en Misiones, la bebida se consume cada 1 de agosto, con la creencia de que purifica la sangre y atrae la buena suerte, costumbre heredada de los guaraníes.
La solicitud de incorporación al PCI fue presentada por Jorge Leguizamón y Javier Torres a partir de un informe elaborado por la Dirección de Estudios, Antropología, Arqueología y Paleontología.
“Este tradicional preparado es el único que puede librarnos de todo lo malo, según la creencia popular. La memoria, la espiritualidad, la medicina tradicional, los rituales, los ritos de purificación, influyen muy considerablemente en los valores y creencias que constituyen el fundamento de muchos usos sociales y tradiciones culturales en nuestro país”, se argumenta en un apartado del informe presentado.
De acuerdo a la Secretaría Nacional de Cultura de Paraguay, la idea es mantener las manifestaciones culturales en el tiempo.
La revisión de este patrimonio declarado se efectúa cada diez años, documentando debidamente su vigencia o previendo, en caso de riesgo, su salvaguarda urgente. Fuente: lanacion.com.py